Virginia, un indicio
as elecciones que se celebraron el martes pasado en los estados de Nueva Jersey y Virginia fueron un completo desastre para el Partido Republicano, en lo particular para Donald Trump, y pudieran ser un indicio de lo que sucederá en votaciones futuras. En ambos estados perdieron la elección para gobernador, pero en el de Virginia perdieron, además, la mayoría en ambas cámaras legislativas. Fue, en efecto, una clara refutación a la política de Trump y el Partido Republicano.
El caso de Virginia es ilustrativo del estado de ánimo que prevalece en buena parte de Estados Unidos. Los traspiés de Trump, y la incapacidad del liderazgo republicano para deslindarse de las ocurrencias del presidente, han generado incertidumbre en torno a su habilidad para conducir el gobierno. Pero, la pregunta que se hacen los observadores políticos es: ¿los demócratas ganaron la elección por sus propios méritos y aciertos, o fue la torpeza de los republicanos la que permitió que ganaran?
Habrá que ver si el Partido Demócrata está dispuesto a restablecer en su agenda política uno de los principios básicos: la defensa de la capacidad adquisitiva de la mayoría de los trabajadores. En su campaña, Hillary Clinton y con ella buena parte del liderazgo demócrata pusieron énfasis en la agenda social: igualdad de las mujeres en el trabajo, derechos a las minorías sexuales, protección de los migrantes, etcétera. Son temas importantes para la sociedad en general, pero el asunto del bienestar económico aún es una prioridad. Al parecer Clinton y su equipo de campaña ignoraron o no entendieron que la angustia económica era un problema en que debieron haber puesto mayor atención. En cambio, Trump prometió a los trabajadores en los estados más castigados por la recesión, Pensilvania, Ohio y Wisconsin, entre ellos, una inmediata recuperación de su nivel salarial en el momento en que llegara a la presidencia. Las evidencias han demostrado que no tenía los elementos para cumplir con esa promesa y, peor aún, que a sabiendas de ello mintió con el fin de ganar su voto.
Parece que los demócratas han aprendido la lección, y aunque es muy pronto para predecir si sus triunfos recientes se repetirán en 2018, lo seguro es que, si los republicanos y Trump continúan cometiendo los mismos yerros, muy probablemente el Partido Demócrata recuperará al menos una de las cámaras que integran el Congreso.