Madrid.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, realizó este domingo su primera visita a Cataluña desde que el pasado 28 de octubre intervino la autonomía de esa región, e hizo un llamado a la ciudadanía que se sienta española y catalana para desalojar del poder al bloque independentista en las elecciones que él convocó para el 21 de diciembre.

La visita de Rajoy coincidió con el anuncio de ruptura del acuerdo de gobierno en Barcelona, la capital catalana, cuya alcaldesa, Ada Colau, anuló el pacto con el Partido Socialista de Cataluña (PSC) previa consulta a las bases de su formación, Barcelona en Común, y en respuesta al apoyo socialista a Rajoy en esta crisis.

Desde hace poco más de dos semanas Rajoy ha adoptado medidas de excepción en Cataluña, en respuesta a la proclamación de la independencia, el 27 de octubre. Cesó al gobierno de la Generalitat encabezado por Carles Puigdemont, disolvió el Parlamento y convocó a elecciones después de ser facultado por el Senado español para aplicar el artículo 155 de la Constitución, que no se había aplicado nunca desde 1978, cuando se aprobó la Carta Magna, y que ha supuesto una revolución en la vida política y social de esa región autómica.

El mandatario español adoptó todas esas decisiones desde La Moncloa, residencia oficial de la presidencia, incluido el nombramiento de su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, como máxima autoridad en la región mientras se elige a un nuevo gobierno en los comicios.

En este contexto, además, fueron encarcelados destacados dirigentes del independentismo catalán, entre ellos el ex vicepresidente Oriol Junqueras y nueve ex consejeros del gobierno, y al considerar el riesgo de un juicio sin garantías, Puigdemont, acompañado de cuatro de sus consejeros, se fugaron a Bruselas, donde este domingo cientos de personas se manifestaron en apoyo a las aspiraciones independentistas de Cataluña.

Actualmente se encuentran en prisión 10 líderes catalanes, cinco pendientes de ser entregados por las autoridades belgas, y seis diputados en libertad bajo fianza y a la espera de ser juzgados por los mismos delitos: rebelión, sedición, malversación de recursos públicos y cohecho. Las penas podrían llegar hasta 50 años de cárcel.

En un acto político de tintes electorales de cara al 21 de diciembre, Rajoy abogó por recuperar la normalidad democrática en Cataluña y la convivencia maltrecha por el independentismo y evitar la recesión económica que señalan todos los indicadores. Llamó a la mayoría silenciada para que acuda a votar en las elecciones que serán de verdad y que tendrán las garantías democráticas que no hubo, a su juicio, en el referendo del pasado primero de octubre.

En cuanto a la aplicación del artículo 155, Rajoy advirtió: “lo activamos con el respaldo de la inmensa mayoría de los senadores y después de haber agotado todas las vías del diálogo para que los independentistas pusieran fin a su delirio. ¿Qué harían Francia y Alemania si unas de sus regiones hacen una DUI o que no aceptan cumplir con el orden constitucional? Pues exactamente lo mismo que nosotros. Así que responderemos a los independentistas con Constitución, estatuto y seny (cordura) con Cataluña, España y Europa, que es lo que quieren la mayoría de catalanes, porque queremos convivir juntos.

Desde hace siglos, Cataluña y España hemos construido un país plural y diverso. Los separatistas no lograrán romper los lazos que nos unen, subrayó.

Ante la visión de un Estado opresor y con presos políticos que propugna el entorno del ex gobierno catalán, Rajoy subrayó: En España se puede defender cualquier idea, puede haber incluso independentistas, pero ellos también están sometidos a la ley, como los demás.

Resaltó que es urgente devolver la normalidad a Cataluña, hay que hacerlo cuanto antes para bajar la tensión social y económica, y advirtió: La amenaza de los independentistas es desgarradora, triste y angustiosa. El separatismo ha desatado la inseguridad y la incertidumbre.

Por su parte, Xavier García Albiol fue presentado como primer candidato del Partido Popular en los comicios de la región autonómica. Queremos que el 21 de diciembre haya una votación masiva para poner en marcha una nueva etapa política de normalidad, que dé a todos seguridad y certeza, que es lo que quiere la gente, y con razón, declaró.

Mientras, la ex consejera catalana de Educación Clara Ponsatí, quien se encuentra refugiada en Bélgica, hizo polémicas declaraciones en las que reconoció que el gobierno de Puigdemont no estaba lo suficientemente preparado para aplicar la independencia y que pese a ello decidieron seguir adelante con la declaración unilateral.

Su argumento fue que la intención era dar continuidad política de forma sólida a lo que hizo el pueblo de Cataluña el primero de octubre, el día que se celebró el referendo. Además, reconoció que el día que declararon la independencia “temí seriamente por mi seguridad física, porque notaba que se me seguía de forma muy contundente. Incluso le confié unos documentos a un amigo, pero le asaltaron en el despacho y le robaron el material. Había muchos síntomas de guerra sucia y, frente a eso, decidí marcharme”.

En tanto, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, anunció este domingo por medio de su primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, que sus bases votaron en favor de la ruptura del pacto de gobierno con el PSC con 54.18 por ciento (2 mil 59 personas) en favor por 45.68 (mil 736 simpatizantes) en contra.

El acuerdo con el PSC ha tenido elementos muy positivos para la ciudad, pero estos meses recientes hemos vivido una situación extraordinaria en Catalunya, señaló Pisarello.

Esta decisión supondrá la ruptura del acuerdo que mantenían la formación de Colau, con estrechos vínculos a Unidos Podemos, con los socialistas desde 2015 y que le ha permitido no sólo tener mayoría en la Asamblea para sacar adelante leyes y presupuestos, sino también nutrirse de gestores y directivos públicos con vínculos al socialismo catalán, que ha gobernado Barcelona varias legislaturas.

Por último, la Candidatura de Unidad Popular (CUP, anticapitalistas, independentistas y feministas) finalmente decidió presentarse a los comicios de diciembre tras una consulta a sus bases, en las que se acordó que a pesar del carácter ilegítimo de la convocatoria su obligación era presentarse para seguir adelante con el proyecto de construcción de la nueva república.