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El fenómeno natural, ligado a creencias religiosas de los pueblos mazahuas y otomíes

Michoacán, listo para recibir el alma de sus niños muertos con el arribo de la monarca
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 31 de octubre de 2017, p. 37

Morelia, Mich.

Como cada año, este 1º de noviembre se espera el arribo de las mariposas monarcas a la sierra del oriente michoacano. Provenientes desde Canadá, atraviesan Estados Unidos para finalmente llegar a México a hibernar; ya se les ha visto en Guanajuato y recientemente en Jeráhuaro, en el municipio de Zinapécuaro, y las últimas de la colonia fueron avistadas en Texas hace apenas unos días, informó Homero Gómez González, comisariado ejidal de El Rosario y organizador del santuario El Campanario.

La llegada de las mariposas monarcas y el Día de Muertos están íntimamente relacionados con las creencias religiosas de los pueblos mazahuas y otomíes del oriente de Michoacán. Las comunidades originarias consideran que el arribo de millones de lepidópteros a las montañas del oriente de esta entidad, en los límites con el estado de México, son las almas de los niños muertos, precisamente porque arriban el Día de Todos los Santos, apuntó el líder mazahua.

Se ha reportado en diferentes puntos del país que las mariposas vienen en camino, como todos los años, y que nuevamente arribarán a sus santuarios ubicados en el ejido El Rosario, municipio de Ocampo (el más visitado por el turismo); Angangueo, Zitácuaro y otros puntos de esa zona, apuntó Gómez González.

Ya estamos acercando agua al cerro El Campanario, adonde llegan una buena parte de las mariposas. Preparamos también a la gente para el 18 de noviembre, cuando se abre al público el santuario, y previamente, el 6 de ese mes, tendremos un desfile en señal de bienvenida, apuntó el comisariado ejidal de El Rosario, tras señalar que hay actitud conservacionista de la especie en todo el país, pues en algunos lugares han sembrado flores para que estos insectos puedan alimentarse en el camino.

Para llegar a tierras michoacanas, las mariposas viajan más de 3 mil kilómetros desde Estados Unidos y Canadá. Después del invierno regresarán a su lugar de origen, al inicio de la primavera, el 21 de marzo. Es un ciclo que no se sabe exactamente cuándo inició, señala un estudio realizado en el campus Morelia de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Para tragedia de las mariposas, el hombre ha sido su peor enemigo: la tala clandestina ha destruido poco a poco su hábitat, así como el cambio en el uso de suelo para dedicarlo a la agricultura, ganadería y asentamientos humanos. También ha contaminado los ríos y arroyos donde bebe la mariposa.

Foto
El santuario de Piedra Herrada, en el ejido de San Mateo Almomoloa, municipio de Temascaltepec, estado de México –colindante con la sierra michoacana–, es un recinto natural donde puede observarse el arribo de la mariposa monarca, que viaja más de 3 mil kilómetros desde Estados Unidos y CanadáFoto Agencia MVT

La tala ilegal, los incendios y las plagas han hecho desaparecer dos colonias de mariposas en el municipio de Zitácuaro, una en Huacal-Chivati y otra en Cerro Pelón. Sin contar la del cerro de San Andrés, municipio de Zinapécuaro, en el lugar conocido como Las Palomas, donde los ejemplares fueron eliminados por talamontes.

En 1975 se descubrió el fenómeno migratorio de las mariposas monarcas en nuestro país. Entonces se iniciaron las medidas de protección que paulatinamente mejoraron con el apoyo de instituciones internacionales. Aún así, la pobreza en el país afecta la reproducción del lepidóptero, debido a que decenas de comunidades se asientan en la zona boscosa adonde llegan a invernar. Por mencionar un caso, el ejido El Rosario tiene más de 10 mil habitantes.

Personas de diferentes partes del país y del mundo –alrededor de 90 mil entre 2016 y 2017– visitaron el santuario El Campanario, a 40 kilómetros de Zitácuaro. Se ha observado que por temporadas disminuye la población del insecto: hace un año arribaron alrededor de 120 millones de ejemplares, pero otros años han llegado hasta 200 millones.

En las primeras dos semanas las mariposas se posan en los árboles de oyamel y en unas cuantas hectáreas se concentran como racimos de uvas. Por ello el santuario se abre al público dos o tres semanas después de su arribo. En el cerro puede apreciarse el gran espectáculo de las mariposas en los bosques, por lo cual hay que subir más de 700 escalones, aunque también se puede ir a caballo.

Después de febrero, la mariposa comienza a bajar a los arroyuelos; es sin duda la mejor etapa. A principios de marzo comienzan a preparar su regreso al norte del continente y se marchan cuando se inicia la primavera.

La mariposa monarca tiene un significado muy especial para las comunidades mazahuas y otomíes. En casi todos los hogares se colocan ofrendas para los niños difuntos el 1º de noviembre. Ese día los lugareños dirigen la mirada al cielo y observan el arribo de miles y miles de mariposas que –aseguran– son las almas de los pequeños que han partido y regresan cada año a los bosques de esta región, lamentablemente cada vez más degradados por la actividad humana.