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Desean que la calma regrese pronto, apuntaron expertas

Como en 1985, los gobernantes buscan impedir la organización ciudadana
 
Periódico La Jornada
Martes 24 de octubre de 2017, p. 12

Las pretensiones de los actores gubernamentales luego de los sismos del 7 y el 19 de septiembre siguen siendo las mismas que hace 32 años: impedir la organización ciudadana, lograr ventajas políticas y beneficios económicos, mientras los afectados quieren principalmente que se haga justicia y recuperar patrimonios, señaló Margarita Favela Gavia, especialista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En la mesa redonda Entre la Tierra que se mueve y la sociedad que cimbra, expresó que a diferencia de quienes perdieron viviendas, los damnificados de 1985 eran de clase media baja, estaban organizados para defenderse de los despojos y tenían una tradición de lucha bastante fuerte.

Agregó que a los encargados de la administración les importa que la calma regrese lo más pronto posible y se vuelva a la rutina de la vida cotidiana, no sólo porque de esa manera la sociedad que se movilizó se desmoviliza, “se vuelve de nuevo manejable y gobernable, sino (porque) además, si se atenúa la magnitud de la tragedia, la legitimidad de las demandas disminuye en la misma proporción y recibirán el mismo tratamiento que todas las demás peticiones y solicitudes de los ciudadanos, es decir, pasan a la oficialía de partes a esperar su turno.

Entre tanto, y a medida que la indignación por las huellas de la corrupción, junto con éstas, se va borrando, también pierden fuerza y apoyo social los reclamos de las víctimas. De ahí la urgencia de limpiar los escombros y pasar a la reconstrucción, empujando no uno sino varios planes de apoyo con los que las burocracias federal y local barajan posibilidades, califican necesidades, proponen garantías, juegan con montos en una danza de cifras y programas siempre pasajeros, cuya intención principal es desconcertar, distraer, confundir, no sólo a los afectados sino a todos los ciudadanos.

Marcela Meneses Reyes, académica del Instituto de Investigaciones Sociales, resaltó la inmediata participación de los jóvenes de la generación millennial,que luego de ser calificados de apáticos y hedonistas, ahora son vistos como héroes. Sin embargo, sus acciones se quedaron en el plano de la inmediatez, sin prolongarse en el tiempo.