El artista Marco Zamudio, uno de los participantes en el proyecto Mexicráneos, que consiste en la instalación de calaveras monumentales sobre Paseo de la Reforma, dijo que sufrió censura de los organizadores.

Luis Sepúlveda, promotor de arte que lo invitó a formar parte de la muestra colectiva, le pidió modificar su obra: quitarle una corona, primero echa con alambre y después con cuerdas, que hace referencia a Jesucristo y da título a la pieza, Sincretismo, ya que en su zona inferior tiene plasmadas las fauces de Quetzalcóatl.

Serán más de 50 obras intervenidas por igual número de artistas nacionales y extranjeros las que a partir de hoy podrá apreciar el público, en una iniciativa para conmemorar el Día de Muertos, patrocinada por la agencia funeraria J. García López y la promotora Locos por el Arte (La Jornada, 16/10/17).

Sepúlveda le dijo a Zamudio en una primera petición, que personal de Protección Civil de Ciudad de México afirmó que la obra del artista era muy pesada y peligrosa, y que podía caer y lesionar a alguien en caso de sismo.

El artista entonces retiró los 45 kilos de fierros y varillas y elaboró la corona con cuerdas podridas y chapopote, entrelazadas con mecates, todo ello con un peso de cuatro kilos.

Pero el viernes, menos de 48 horas antes de la inauguración de la exposición Mexicráneos, el promotor le volvió a pedir a Zamudio que quitara lazos y cuerdas porque Protección Civil seguía considerándolo peligroso.

“Pregunté en Protección Civil de la delegación Cuauhtémoc y me dijeron que ellos no dieron ninguna instrucción. Por eso creo que se trata de una censura de tipo religiosa, pues sé que Luis Sepúlveda es muy cercano a los Legionarios de Cristo, y quizá se sintió ofendido.

El caso es que no voy a presentar una obra mutilada. Si no va completa, entonces me retiro del proteyecto, señaló el artista, quien cuenta con dos murales en las estaciones Insurgentes y Tlatelolco del Metro.

Aunque cambió la corona de espinas por cuerda, se le dijo que la quitara a petición de Protección Civil, ente que negó haber realizado dicha solicitud. Yo tomé la decisión, admitió Sepúlveda, en entrevistaFoto cortesía del artista

No queremos correr riesgos

En entrevista con La Jornada, Sepúlveda reconoció que fue él quien tomó la decisión de pedir a Zamudio que le quitara la corona a la calavera monumental hecha de fibra de vidrio: “No es censura, sólo que no queremos correr el riesgo de que algún niño se suba a la pieza y que jale las cuerdas y se pueda caer el Mexicráneo.

“La de Marco es la única obra que tiene algo adicional, las demás son lisas, los artistas únicamente las pintaron. No se especificó a ninguno de los participantes que no podían colocar en sus obras objetos ajenos a la pieza; la decisión de pedirle que quitara la corona la tomé yo, nadie más, ni el jefe del Gobierno de la Ciudad de México.

Pero no es porque me incomode la corona ni su alusión a algo religioso, pues incluso le sugerí que la podía pintar, o que podemos exhibir la obra, tal como está, en un espacio cerrado donde no haya niños.

Renuncia a la muestra

Por su parte, Zamudio consideró que Mexicráneos “mutiló y censuró mi intervención artística; al parecer quieren calaveritas monas, ornamentales y costumbristas sobre Reforma, nada de sangre, de manifiestos sociales contrarios a lo bonito de la tradición.

Supongo temen que algún depresivo agarre las sogas y se ahorque o que se yo. Renuncio a la muestra en Paseo de la Reforma. Gracias al organizador Luis Sandoval, pero no puedo permitir que alguien toque mi autoría; me niego a ser presa de las realidades de azúcar que algunos piensan que hay en el país.

Hasta ayer, la pieza del artista se encontraba en el taller de Edgar Lozano, a quien le habían dado la orden de deshacer la corona, a lo cual se negó al no contar con el consentimiento del autor.

Mexicráneos se inaugura hoy a las 10:15 horas en la glorieta del Ángel de la Independencia, en el camellón de la esquina con Río Tíber.