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Con lluvia de semillas celebran
Rosario Cobo Hace un año, el 19 de noviembre del 2016 en Cuetzalan, el Consejo Altepetajpianij (Los guardianes del territorio), en el que participan representantes de 32 comunidades de los municipios Cuetzalan, Yaonahuac y Tlaltauquitepec, acordó en asamblea pública hacer una clausura popular definitiva, mediante un campamento permanente, para impedir que la CFE siguiera construyendo la Subestación eléctrica Cuetzalan y la línea de alta tensión. Durante casi un año el permanecieron ahí, para oponerse de manera activa al proyecto. En lo que constituye el territorio ancestral del pueblo macehual se han realizado más de veintiún asambleas en defensa de la vida a las que se sumaron gente de los pueblos tutunaku y mestizo de la sierra nororiental de Puebla. El campamento se levantó el pasado 2 de octubre de 2017, tras haber echado para tras el proyecto de la CFE, en una acción simbólica de unidad y de celebración de proyectos de vida. Casi un año se mantuvo. Brigadas de veinte y treinta personas de cientos de comunidades de la zona acudían “para vigilar que nuestro derecho al territorio no sea atropellado pues estas obras sólo servirían para abastecer a los megaproyectos que pretenden asentarse en la Sierra Norte de Puebla”. “Construimos una casa de bambú que resguardara las brigadas, con una habitación, una cocina, y un espacio para las reuniones, alumbradas con nuestro propio sistema de energía solar. Hicimos guardias alertando sobre los movimientos de la CFE o la entrada de maquinaria, y ahí, junto al campamento sembramos una milpa de tonalmil (o maíz de sol) que cosechamos en septiembre”. En julio del año pasado, el presidente municipal de Cuetzalan le dio el a la CFE el permiso de cambio de uso de suelo y construcción, ignorando el dictamen desaprobatorio de la obra que hizo el Comité para el Ordenamiento Territorial Integral de Cuetzalan (COTIC). El Consejo Altepetajpianij, apoyado por el COTIC, logró que el pasado 8 de septiembre el Cabildo de Cuetzalan se desistiera de renovar la licencia de construcción para la CFE, lo que significó la cancelación definitiva de la subestación. El campamento unió la protesta ciudadana de los pueblos originarios macehual y tutunaku, junto con mestizos de una veintena de municipios de la sierra poblana y hasta de Veracruz. “Nunca nos imaginamos estar juntos, en el pasado las diferencias nos separaban, pero la llegada de los megaproyectos nos unió. Hoy, si no estamos unidos nos chingan”. Las amenazas de las mineras y las hidroeléctricas siguen presentes, pero esta victoria “nos alienta y nos fortalece”. Por eso, al desmontar el campamento las y los participantes, decidieron “celebra el proyecto de vida con una lluvia de semillas” en el terreno donde iba a estar la subestación. “Semillas de todo, pues ahí debe de germinar la vida, sepultando así el proyecto de muerte que la CFE pretendían imponernos”.
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