21 de octubre de 2017     Número 121

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

De cómo consumidores y pequeños productores

nos hicimos uno frente al sismo

Jesús Guzmán Flores Colectivo Zacahuitzco

Las graves afectaciones causadas por los recientes sismos del mes de septiembre en varios estados del país, en particular el acontecido el día 19, pusieron de manifiesto que pese a vivir en una época donde se promueve el individualismo, la competencia y el egoísmo, en nuestra sociedad prevalece el sentimiento altruista, el cual se expresó en el deseo y la acción de decenas de miles de personas de ayudar a quienes fueron afectados en su integridad física y sus bienes, por la severidad de los temblores, aun a costa, en muchos casos, de su propia integridad personal.

Las graves afectaciones provocadas por los temblores se suman a las que se padecen por el injusto sistema económico en el que vivimos, agravadas por la creciente delincuencia que ejercen tanto grupos clandestinos como quienes ocupan cargos en los poderes públicos. Este contexto nos indica que es imprescindible que las acciones realizadas por los miles de voluntarios en la emergencia se mantengan y multipliquen, pues se requiere construir miles de viviendas, garantizar la alimentación y salud a miles de familias y, principalmente, lograr que estas familias puedan restablecer las actividades por medio de las cuales obtienen su sustento.

Si bien puede parecer difícil, mantener y multiplicar una acción social en favor de las personas afectadas, hay experiencias previas que nos muestran que ello es posible. Por ejemplo, el sostenimiento de centros de acopio operados por voluntarios y la acción de comunidades organizadas con antelación a los sismos y para distintos fines, las cuales ahora usan su organización y conexiones para derivar apoyos puntuales a comunidades y organizaciones que fueron afectadas. A propósito de estos ejemplos, queremos exponer el proceso de apoyo que estamos llevando a cabo desde el Colectivo Zacahuitzco, organización de consumidores del área metropolitana, que tiene como propósito el abastecernos de alimentos sanos. Para cumplir este objetivo, hemos establecido relaciones con pequeños productores del campo y la ciudad, entre los que se encuentran productores de arroz de Jojutla, Morelos, y productores de hortalizas de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, Ciudad de México, poblaciones ambas que sufrieron graves daños por el sismo del 19 de septiembre y cuyos habitantes han recibido amplias muestras de apoyo ciudadano. En el Colectivo Zacahuitzco decidimos que el interés de apoyar a los damnificados, tanto por parte de nuestros integrantes como de otros grupos con los que tenemos relación, se canalizaría con quienes garantizaran que los donativos llegarían directamente a las personas afectadas y que se evitarían los apoyos más comunes, como las despensas, que ya recibían.

Así, de inicio nos enfocamos en canalizar apoyos hacia la Unión de Arroceros de la Región Sur del Estado Morelos, que agrupa a 300 pequeños productores, quienes practican el cultivo artesanal del arroz, comparten labores agrícolas con jornaleros de la región y ocupan trabajadores en la planta beneficiadora del arroz (molino), sumando así 400 familias involucradas directamente, quienes reciben de manera directa los donativos.

El Colectivo entró en contacto con un grupo de restauranteros que hizo acopio de despensas en la Ciudad de México y quería asegurar la entrega directa a la población afectada en el Estado de Morelos, e hizo el enlace con los representantes de la Unión para que recibieran directamente estos donativos.


Felipe, horticultor de San Gregorio Xochimilco FOTO: Colectivo Zacahuitzco

Al mismo tiempo, consultó a los productores de arroz acerca de cuáles eran sus principales necesidades de apoyo. Más que alimentos industrializados, lo que realmente necesitaban los arroceros era reparar los daños de las instalaciones del molino, que quedaron tan dañadas, que actualmente no es posible utilizarlas. Les pedimos especificar qué requerían para rehabilitarlo, informándonos que eran principalmente herramientas de trabajo para desmontar la maquinaria y reconstruir las naves dañadas. A partir de estas necesidades se realizó una colecta de herramientas y de dinero para adquirir las más especializadas, lográndose una colaboración de grupos organizados de la Ciudad de México y de migrantes, así como de personas en lo individual, que permitieron realizar la primera entrega de un lote de herramientas y de efectivo; apoyo que se propone mantener hasta lograr el funcionamiento del molino, para lo cual se continuarán realizando actividades para que se conozca la problemática de los arroceros de Jojutla, a fin de continuar recibiendo y canalizando los apoyos necesarios.

Es importante resaltar que previo al temblor, el Colectivo Zacahuitzco había acordado con profesores de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco y los productores de arroz de Jojutla iniciar un proyecto experimental para la reconversión agroecológica del cultivo del arroz, a desarrollarse en el 2018, bajo los principios de agricultura de responsabilidad compartida, que implica asumir riesgos compartidos en las parcelas que se usen para probar las ventajas del cultivo agroecológico, esquema de trabajo que el Colectivo ya lleva a cabo actualmente con productores de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, y Hueyotlipan, Tlaxcala.

Así como el Colectivo ha concertado apoyos para restablecer las actividades productivas de los arroceros de Morelos, también se propone establecer este esquema con horticultores de San Gregorio Atlapulco en Ciudad de México y amaranteros de Puebla, quienes cotidianamente nos abastecen de alimentos, a fin de consolidar con ello nuestra relación solidaria. Estamos haciendo milpa social.

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