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De los primeros 10 años Víctor M. Toledo.
Saludo esta nueva década de La Jornada del Campo, que mantiene viva la flama iniciada por Julio Moguel desde el Uno más uno hace casi tres décadas. Al estilo de los periódicos alternativos y clandestinos de la historia de México, LJC se ha convertido ya en la voz de un poderoso movimiento social que reivindica la comunalidad, la agroecología y el legado civilizatorio mesoamericano, y que abona mes con mes a consolidar una resistencia colectiva de enorme valor. ¡Enhorabuena! Alejandro Calvillo.
Felicidades a La Jornada del Campo por su labor de valorar a las comunidades campesinas de nuestro país y su rica cultura, por exponer cómo mantienen la diversidad de nuestros alimentos que son base de nuestra cultura culinaria, una de las más ricas en el mundo. Gracias por ser su voz, por darnos a conocer las violaciones a sus derechos y por convocarnos a trabajar en común. Sin la cultura campesina dejamos de ser país. José Sarukhán.
Quisiera hacer patente que una de las formas más importantes de información, de formación cívica, de conocimiento y de cultura es la comunicación, que nos ha servido para desarrollarnos como seres humanos. La comunicación de la cultura más antigua que es la agricultura, que ustedes han mantenido por tanto tiempo, es enormemente importante y debe tener un lugar privilegiado entre los sistemas de transmisión de información a toda la sociedad mexicana. Felicito al equipo y a La Jornada del Campo por haber sostenido este esfuerzo, lo conozco, he estado a cargo de algunos medios académicos y es un trabajo duro, que exige mucho tiempo, mucha atención. Nuevamente felicidades y que lo sigan haciendo muy bien, pues tiene una importancia enorme para el país. Jorge Witker.
El décimo aniversario de La Jornada del Campo es un hecho trascendente y significativo, pues ha sido, la única tribuna de importancia nacional, que han tenido, los pequeños y medianos productores agrícolas nacionales, junto a comunidades indígenas olvidadas por una agricultura que se ha caracterizado por generar grandes beneficios para pocos y no de alimentos para todos. Antonio Turrent.
Estimados editores y equipo colaborador de La jornada del campo: quiero extenderles mi más cariñosa y reconocida felicitación con motivo de la celebración del X aniversario de la segunda época del suplemento La Jornada del Campo. Como colaborador del suplemento en este período he recibido la oportunidad de proponer y aprender de sus lectores, sobre los problemas que aquejan al campo mexicano. Mi tema de interés profesional es el de la seguridad alimentaria y mucho agradezco al suplemento acoger lo que he escrito sobre la autosuficiencia en maíz, sobre la defensa de nuestros maíces nativos contra la invasión de los maíces transgénicos, sobre los riesgos a la salud causados por su consumo y espero seguir escribiendo sobre otra invasión, ahora la de MasAgro sobre la agricultura tradicional, impulsada por los intereses multinacionales, erróneamente acogidos por nuestras autoridades del sector agropecuario. Un fuerte abrazo a todos los que hacen posible La Jornada del Campo. Francisco López Bárcenas.
La jornada del campo y quienes hacen posible su existencia se parecen un poco a los campesinos y sus saberes sobre el campo. En la vida cotidiana parece que no supieran nada de la realidad pero cuando los problemas se presentan siempre tienen una respuesta que ofrecer. Así fue desde su origen, cuando los neoliberales vaticinaban el fin del campo, ella dijo que eso era una mentira y el tiempo le dio la razón. En su segunda etapa, como los campesinos y sus saberes, sigue mostrándonos la realidad, que la mayoría de las veces no es como se nos muestra a primera vista. Dirigida por mentes brillantes y alimentada por jóvenes entusiastas, cada número de ella nos advierte que la tormenta no ha amainado y es urgente encontrar los atajos que nos lleven a nuestro destino, antes que sus corrientes nos arrastren. Por eso, hoy que cumple un decenio de vida, este “jornalero campista” –por origen y destino- se siente alegre por ello y quiere compartir ese estado de ánimo con todos los que con su trabajo hacen posible su existencia. Con todo mi cariño. Luis Hernández Navarro.
Desde hace 10 años, mes con mes, La Jornada del Campo nos recuerda que los campesinos no son una rémora del pasado sino simiente de otro futuro. En sus páginas nos enteramos que, como buena clase de supervivientes, los hombres y mujeres del campo no están dispuestos a dejarse desaparecer. Y terca como esos campesinos de los que da cuenta, La Jornada del Campo persiste en aparecer cada mes. Felicidades en éstos sus primeros diez años. Larga vida. Cristina Barros.
La Jornada del Campo cumple diez años de esfuerzo constante por mantenernos actualizados en los asuntos del campo mexicano. De crear conciencia en quienes vivimos en las ciudades, de que los pequeños y medianos productores rurales nos alimentan día con día. Diez años de darle voz a la sabiduría y a los conocimientos de indígenas y campesinos; de hacer milpa. Felicitaciones y muchas gracias al grupo de trabajo que lo ha hecho posible, a los colaboradores ocasionales, a sus directivos y a los de La Jornada, que nos da cobijo. Jesús Ramírez Cuevas.
La Jornada del Campo es una hazaña periodística y cultural. A contrapelo del vendaval neoliberal que ha desahuciado a los campesinos, LJC ha contribuido con reportajes, análisis informados, ensayos, historia, a entender los problemas y las alternativas en el campo mexicano desde la perspectiva de quienes viven de la tierra. En sus páginas caminan las historias de quienes resisten y quieren seguir siendo campesinos; aparecen los pueblos y las culturas del maíz que hoy defienden sus territorios, amenazados por proyectos de muerte y por una lógica del mercado que le pone precio al agua, a la biodiversidad, a la vida misma. En ese contexto, el esfuerzo de LJC es vital para la reflexión, el debate y la construcción de un presente y un futuro para el campo con sus habitantes. Felicitaciones y abrazos solidarios para Armando Bartra y todo el equipo que ha hecho posible esta milpa de historias, ideas y experiencias sembradas en sus páginas a lo largo de 10 años. Muchos años más para esta milpa del periodismo.
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