Juchitán, Oax.

Algunos ven televisión, otros patean un balón o juegan con el celular, así se entretienen muchos niños damnificados por el terremoto del 7 de septiembre y que ahora viven en la calle o se refugian en espacios comunitarios instalados por vecinos. Sólo en el albergue instalado en Instituto Tecnológico del Istmo ofrecen atención sicológica.

Aunque personal del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recorrió los pueblos afectados por el terremoto en la entidad, y cuyo dictamen refirió que el pronto regreso a clases es una de las mejores terapias para volver a la normalidad, la sociedad istmeña vive con la incertidumbre, pues las réplicas, algunas de magnitud superior a 6, no han cesado.

Carlos Alberto y José Alfredo viven junto con sus amigos en la colonia Mariano Montero, en la novena sección de Juchitán; pintan para olvidar y vencer el miedo; en sus dibujos plasman su angustia y repiten que temen por su vida.

A este rincón de Juchitán, como a muchos de este municipio y otros del Istmo de Tehuantepec, la desgracia del temblor se sumó a la pobreza que los invade desde siempre. Tienen calles sin pavimentar; los apoyos les llegan a cuentagotas y no tienen cocina comunitaria.

A los niños nadie les preguntó como se sienten después de tantos temblores; tampoco les han indicado que necesitan desahogarse y estar fuertes para vencer la adversidad. A los niños zapotecas, chontales, zoques, ikoots y mixes nadie les ha dicho nada.

El único albergue donde hay atención sicológica de forma permanente es el del tecnológico, donde la encargada del área médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, la doctora Wendy Martínez, evitó dar cifras de los pacientes atendidos, porque eso se dará a conocer a nivel federal.

La organización independiente Salvemos a los niños (Save the children), a cargo de Rubén Pérez, manifestó que desde el pasado 11 de septiembre, cuando arribaron a esta ciudad, atienden a un promedio de 150 menores.

Dijo que otro de sus módulos está ubicado en el albergue de A-sunción Ixtaltepec, además de que acuden a los refugios Che Gómez y Víctor Yodo, donde atienen la salud emocional de los pequeños mediante juegos.

Pérez expresó que Salvemos a los niños es un organismo internacional independiente que se ha consolidado para atender a los menores y que permanecerán en esta zona de Oaxaca un aproximado de tres meses.

Damos acompañamiento sicoemocional a los menores; jugamos, bailamos, saltamos; la intención es ayudar a los niños a que comprendan su realidad, algunos aún no creen que se hayan quedado sin vivienda; otros no piensan en volver a la escuela y viven con el temor. Sabemos que es un trabajo difícil y con la ayuda de todos lo conseguiremos, añadió.