Yessika Kika Chávez y Esmeralda Joya Moreno son rivales genuinas, en menos de un mes intentarán lastimarse sobre el cuadrilátero por tercera ocasión. Pero ayer parecían más un par de compañeras solidarias con un frente común. Al hablar de su próximo combate por el cinturón diamante en peso mosca del Consejo Mundial de Boxeo no se lanzaron desafíos ni bravuconadas; ambas, en cambio, hicieron una sola voz en el reclamo de las condiciones en que las boxeadoras enfrentan este negocio que no deja de ser hostil con las mujeres.

Kika lamentó que a pesar del valor simbólico que tiene este cinturón y de la rivalidad añeja con la Joya, la pelea será más un asunto de orgullo y dignidad deportiva que un negocio para ellas, las atletas que subirán a comprometer sus cuerpos.

A un mes de este combate, que fue parte de un minitorneo del CMB para obtener a la mejor boxeadora de la división, Kika dijo que ha tenido que pelear con la empresa que la representa, Promociones del Pueblo, para mejorar el salario de 100 mil pesos que les ofrecen. Mientras los hombres pueden recibir ganancias más robustas por un pleito, este salario al que alude Chávez puede ser el ingreso de un semestre que, además, debe repartirse con el equipo.

Quise buscar el apoyo del gobierno del estado de México, pero la gestión de Eruviel Ávila ya termina y pues no pueden apoyarnos, dijo Kika; no es un asunto de política ni de apoyo a gobiernos, sino de que nosotras tenemos que buscar medios para salir adelante.

El malestar es inocultable, porque Kika no puede concentrarse sólo en el combate como haría cualquier hombre metido en este deporte. Ella tiene que desdoblarse en actividades que no son las habituales para un boxeador.

Tuve que salir a buscar la lana para la pelea, porque de lo contrario nos van a pagar muy poco, contó Chávez; no me ato a ningún partido político, pero me da coraje que mi promotora me mande a buscar el día a día para hacer una función.

Sabe bien que los políticos utilizan estos apoyos para hacer propaganda, no es ingenua, pero ella trata de revertir esta práctica en beneficio de su oficio.

Estoy consciente del papel que jugamos, aseguró Kika; uno no quisiera ser una mercancía, pero nos convertimos en eso, en personas que nos vendemos por un espectáculo. Por eso, si gano el cinturón aprovecharé la atención para sumar a mis compañeras en un reclamo para mejorar nuestra situación como profesionales.

También representada por Promociones del Pueblo, Esmeralda reforzó a su rival y compañera de gremio. Recordó que mientras los campeones hombres son tratados con reverencia, a ellas frecuentemente les faltan al respeto.

Cuando vi el video de Julio César Chávez junior contando fajos de dólares me dio coraje, contó Esmeralda; “porque ante Canelo no desquitó su trabajo. Me sentí muy ofendida. Creo que después de esta pelea debemos formar un frente con otras mujeres del deporte para reclamar por nuestra situación”.