El 5 de abril de este año, durante la inauguración del Paso Exprés, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, dijo al presidente Enrique Peña Nieto: ‘‘Estamos muy reconocidos por este compromiso; estamos muy agradecidos porque no fue fácil hacer la obra, fue muy compleja, hubo muchas molestias, muchas dificultades, accidentes lamentablemente, por la complejidad de la propia obra’’.

Así, y a diferencia de lo expuesto ayer ante legisladores de la Comisión Permanente sobre advertencias que según él habría hecho al propio mandatario por el apresuramiento de poner en marcha esa vialidad aún inconclusa, ese día el gobernador limitó sus peticiones al jefe de Ejecutivo a una sola cosa: el nombre de la vía.

‘‘Le pido formalmente, lo he platicado con Gerardo Ruiz Esparza, que esta vía exprés se llame Tlahuica’’, como señal de identidad de la región.

Antes de la ceremonia, realizada a un costado de la citada obra –donde el 12 de julio pasado se abrió un socavón por el cual murieron dos personas–, el presidente Peña; el titular de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza; el gobernador Graco Ramírez, y otros funcionarios hicieron un recorrido por la misma.

En esa ocasión fue el Ejecutivo local el primer orador. Inicialmente mencionó el ‘‘amigable debate’’ con las autoridades de Comunicaciones para decidir si en ese lugar, y para resolver los problemas de embotellamientos de quienes proceden de la capital del país hacia Guerrero y deben atravesar Cuernavaca, se hacía un segundo piso o un Paso Exprés, como finalmente quedó.

Esa vía ‘‘nos ayuda mucho’’ a los habitantes de la capital de Morelos. ‘‘Técnicamente es una buena solución’’, dijo Graco Ramírez. Expuso otros detalles sobre su uso, habló de más obras en marcha y resaltó la necesidad de realizar un adecuado señalamiento en la nueva carretera.