19 de agosto de 2017     Número 119

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Ciudad de México

Buscan productores de hortalizas
venta directa a consumidores


Francisco Pineda, miembro fundador de la Plataforma de Mercadeo Solidario Alimentación y Nutrición FOTO: Lourdes Rudiño

Lourdes Rudiño

Circunstancias comerciales están propiciando que organizaciones de productores de verduras que abastecen a la Ciudad de México exploren nuevas fórmulas de abasto, más directas con el consumidor, y en ello implican orientación nutricional; visitas a campo, y pláticas sobre la forma de preparar y mezclar las verduras, con recetas de ensaladas, y sobre la importancia que tiene para la salud y para la economía el alimentarse bien, de forma sana y alejada de la comida chatarra.

Este proceso, que se observa con la Plataforma de Mercadeo Solidario Alimentación y Nutrición –que integra a productores de la Ciudad de México, Morelos, Tlaxcala y Puebla– está avanzando, pero a un ritmo muy muy lento. Inició en 2014 con un esquema de entrega de “paquetes verdes” a población de la Delegación Iztapalapa, que duró poco, apenas meses, debido a que implicaba subsidios pues estaban involucrados intereses político-partidistas y, en cuanto éstos se retiraron, el gusto de la gente se desinfló: recibían los “paquetes verdes” concibiéndolos como despensas gratuitas, y ya no manifestaron interés si por ellos debían pagar.

Francisco Pineda, miembro fundador de la Plataforma y productor de San Andrés Mixquic, en Tláhuac, Ciudad de México, comenta en entrevista que los productores de hortalizas que venden a esta metrópoli se enfrentan a un dilema: “el único punto final de comercialización que tenemos es la Central de Abastos, donde vemos que hay dos afectados, productor y consumidor. Para que lleguen los productos a la mesa del consumidor, deben transitar por tres, cuatro o cinco manos, y se encarecen. Una lechuga romana que hoy se paga al productor a cuatro pesos, sale de la Central de Abastos a ocho pesos –luego de pasar por un introductor, un corredor, un detallista…– y luego pasa por otras manos hasta llegar al consumidor a un precio de hasta 20 pesos. Esto es, se quintuplica su precio.

“Al observar esto, consideramos la necesidad de diversificar nuestras formas de venta, y fue así como en 2014 creamos el paquete verde que hasta hoy día integra diez productos, cada uno más o menos de medio kilo o 600 gramos, o sea que en total pesa de cinco a seis kilos, y tiene un precio de 50 pesos.

“En principio la entrega de la Plataforma fue en colonias de la Delegación Iztapalapa, con la colocación de hasta 700 paquetes semanales en esquemas donde había subsidios. Incluso hubo un periodo de 15 o 20 días en que una diputada nos pidió mil paquetes diarios. Pero este trato con Iztapalapa duró sólo seis o siete meses”.

Lo que ahora hay son convenios con grupos de consumidores, pero en volúmenes mucho menores y con entregas sólo desde uno o dos productores, y no del conjunto de productores integrados en la Plataforma.

“Queríamos al principio que el paquete fuera exclusivamente de lo que nosotros producimos, lechugas, espinacas, acelga, brócoli, nopales, coliflor, apio, poro, yerbabuena, epazote, perejil…, pero los consumidores se quejaban: ‘nos traen puro verde, no somos vacas’, decían, y entonces, dada nuestra presencia en la Central de Abastos y nuestra relación con otros productores, le incorporamos también zanahorias, cebollas, papas, chiles, lo que la gente conoce como verduras… jitomate no, porque se pudre. Vamos integrando cada semana, pero dejamos de lado lo que se encarece por temporada, pues la intención es mantener el precio accesible a los consumidores”.

Las entregas en Iztapalapa fueron efímeras debido al componente político. La gente lo veía como algo gratis, y después ya no quisieron los paquetes, si por ellos debían pagar. “Esto provocó el desánimo de los compañeros de la Plataforma, y en cierto momento me dejaron solo. Me dijeron ‘si mañana crece la demanda, nos buscas; por ahora las compras directas de consumidores son de tan bajo monto que apenas sirven para que te entretengas tú’. Y, en efecto, cuando crezcan los pedidos a 300 o 500 paquete semanales, sé que ellos están puestos”, señala el entrevistado.


FOTO: Gonzalo De La Rosa

Los productores que están en la Plataforma son de organizaciones de Los Reyes de Juárez, Puebla (con una oferta muy fuerte de brócoli apios, coles, coliflor y poro); de Xochicatitla, Tlaxcala (con producción variada, que incluye epazote, yerbabuena, espinacas, acelgas, brócoli y apio); de Tlalnepantla, Morelos (que es la zona de producción predominante de nopal en México). Y de la Ciudad de México: de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, y San Andrés Mixquic. El primero con oferta de verdolaga, lechugas finas (italiana, francesa y recientemente arúgula y lechugas minis), y el segundo, con brócoli, verdolagas, acelgas y apio, así como romero en las temporadas de Semana Santa y Navidad.

De manera personal, Francisco Pineda hoy día hace entregas semanales en tres puntos de la Ciudad de México: a la Cooperativa de Consumo de Productos Mexicanos La Milpa, que está en la colonia Condesa –les vende 50 paquetes verdes cada sábado–; a una organización de consumidores que está en proceso de formalizarse, de San Nicolás del Pedregal, en la Delegación Tlalpan –con cien paquetes semanales– y a una unidad habitacional en Copilco, donde las entregas son quincenales.

-¿Qué hace falta para fortalecer realmente la conexión productores de hortalizas-consumidores?, se le pregunta a Pineda.

-Una mayor información y educación nutricional a la población. Las campañas de gobierno dicen “come frutas y verduras”, pero no hay un programa que brinde información y subraye la importancia de todo esto. Hace falta acercar a la población gente capacitada (nutriólogos y médicos) que explique la necesidad del consumo de verduras. Y hace falta también que los consumidores se organicen, que hagan suyos los programas de abasto y de convenios con los productores, que no esperen que el gobierno o los partidos políticos les lleven despensas. Eso no funciona.

Los Plataforma está haciendo su tarea. Además de buscar y contactar a grupos de consumidores, propicia la participación de expertos (como la nutrióloga Julieta Ponce, de COA Nutrición, y médicos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán) en reuniones con los consumidores. Dan charlas sobre nutrición, sobre la importancia de las verduras; sobre lo negativa que es la comida chatarra; sobre los daños que ésta causa al provocar diabetes, obesidad y otras enfermedades que resultan muy costosas y desgastantes en términos económicos y anímicos para las familias; nos dicen cómo preparar ensaladas, etcétera.

Asimismo, en el esquema de la Plataforma, se está generando un huerto urbano en la Casa de la Cultura “Jesús Reyes Heroles”, en el centro de Coyoacán –con fines de difusión de las formas de cultivar en el medio citadino–, y se propicia la visita de consumidores a campos de producción, donde éstos no sólo observan las formas de cultivo y la sanidad, sino pueden adquirir verduras recién cosechadas y obtienen también la experiencia de la siembra: se ponen en los pies de los campesinos.

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