Once grandes organizaciones internacionales se manifestaron en favor de un debate ético
Consideran que no sería adecuado provocar un embarazo con un embrión producto de esa investigación
Se refirieron a los alcances y peligros que entraña la técnica de edición de ADN
Viernes 4 de agosto de 2017, p. 2
Washington.
Once grandes organizaciones científicas abogaron por un manejo prudente y comprometido de las técnicas de manipulación genética en embriones humanos, publicaron ayer en la revista especializada The American Journal of Human Genetics.
Los expertos consideran que implantar un embrión de esos a una mujer para provocar un embarazo es, en estos momentos, inadecuado, aunque no hay motivo para prohibir la manipulación genética en un tubo de ensayo con supervisión y aprobación
adecuadas.
Mientras la investigación de base para la manipulación genética avanzará en los próximos años, exigimos a todos los implicados que lleven a cabo juntos un importante debate ético y social
, señala la investigadora Kelly Ormond, de la Universidad de Standford.
Entre otras, firman la declaración la Sociedad Estadunidense de Genética Humana, la Asociación Canadiense de Asesores Genéticos y la Sociedad Internacional Epidemiología Genética, así como asociaciones trasnacionales asiáticas y de Reino Unido y Sudáfrica.
Sin embargo, las organizaciones no hacen alusión directa al estudio que se hizo público el miércoles pasado, según el cual un grupo de científicos consiguió reparar un defecto genético en embriones humanos con ayuda de la técnica de edición genética CRISPR-Cas9, corrigiendo una mutación que producía una enfermedad cardiaca. Los embriones fueron destruidos después.
Sí se refieren, sin embargo, de forma explícita a las posibilidades y peligros que entraña la técnica de edición genética CRISPR-Cas9, que permite cortar y pegar de nuevo el ADN e introducir secuencias nuevas en él. La técnica es en realidad un mecanismo de defensa de las bacterias frente a los virus: las primeras utilizan unas herramientas llamadas CRISPR para localizar los genes introducidos por los virus y los cortan con las proteínas Cas9.
Su funcionamiento fue descubierto por el biólogo español Fracisco Martínez Mojica y en 2012 la investigadora francesa Emmanuelle Charpentier y la estadunidense Jennifer Doudna consiguieron reproducirlo de forma artificial.
La modificación genética de embriones humanos es motivo de un intenso debate ético a escala internacional.