Querétaro, Qro.

El tramo México-Querétaro de la carretera federal 57 es el más peligroso del país, pues la gran mayoría de sus 156 kilómetros carece de elementos de seguridad apropiados, como señalizaciones, separación del tránsito mediante camellón central o barrera ancha, demarcación y diseño de intersecciones apropiadas, carriles amplios, superficie de rodamiento y acotamientos pavimentados, entre otros.

En seis años ocurrieron 3 mil 429 accidentes, lo que refleja que no representa ninguna seguridad para los usuarios que transitan por ella, reveló un estudio de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Las principales inconsistencias en esa vialidad, que atraviesa gran parte del país, desde la Ciudad de México hasta la frontera norte, son carriles estrechos, acotamientos no pavimentados e intersecciones ocultas y peligrosas.

El análisis arrojó también que 41.5 por ciento de los 42 mil 750.5 kilómetros de toda la red carretera federal del país (18 mil 141.2 kilómetros) tampoco cuenta con elementos de seguridad apropiados.

La evaluación número 1581 de la ASF, denominada Política pública de regulación y supervisión de infraestructura carretera, determina que luego de un estudio sobre el estado físico de la red carretera federal que realizó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en el periodo 2009-2015, la infraestructura vial se ha deteriorado.

Ello, señala, podría estar relacionado con que las acciones de construcción y conservación no se están realizando conforme a las disposiciones establecidas en el marco regulatorio ni con base en las deficiencias y necesidades específicas de las carreteras, y que las acciones de supervisión han sido insuficientes”.

De 2009 a 2015 se suscitaron en 996 carreteras federales de México 161 mil 467 accidentes, en los cuales 29 mil 495 personas fallecieron y 160 mil 778 resultaron heridas. De los percances, 10.8 por ciento ocurrieron en 10 carreteras consideras las más peligrosas de todo México, principalmente por la falta de elementos de seguridad.

El documento apunta que aunque la tendencia en el número de accidentes es a la baja en 8.6 por ciento anual, esos resultados no son imputables a la intervención de la SCT, ya que ésta no lleva un control sobre las acciones de construcción y conservación, por lo que no es posible determinar su efectividad ni sus efectos en las vías.

Según el estudio de la ASF, 92.9 por ciento de los accidentes, son atribuibles a los conductores, 4.8 por ciento a las condiciones de los vehículos y 2.3 por ciento a las condiciones físicas de las autopistas.

De los 161 mil 467 percances en ese periodo, 3 mil 429 se suscitaron en el tramo México-Querétaro de la carretera federal 57 (2.1 por ciento del total), con saldo de 584 muertos y 3 mil 336 heridos.

Otras vialidades riesgosas

Dos mil 871 accidentes ocurrieron en la carretera Querétaro-San Luis Potosí (1.8 por ciento), con 401 personas fallecidas; en la Coatzacoalcos-Villahermosa, 2 mil 749; en la México-Puebla (cuota) 2 mil 128; en el tramo carretero Topolobampo-Choix, en los límites de Sinaloa y Sonora, mil 802.

En la vía Pachuca-Tuxpan, mil 734; en la Querétaro-Irapuato (libre), mil 75; en la Reforma Agraria-Puerto Juárez, mil 59; en la Irapuato-Zapotlanejo, mil, y en Los Reyes-Zacatepec, 926 accidentes.

La investigación arrojó además que los accidentes y muertes imputables a las condiciones de infraestructura suceden por carencias en la planeación, diseño y construcción de los proyectos carreteros del país.

En el estudio sobre las carreteras federales de cuota, las concesionarias resultaron mal evaluados con la categoría de malo, en la prestación de servicios que están obligados a otorgar a los automovilistas en materia de vigilancia policiaca, teléfonos de emergencia, sanitarios, servicios mecánicos y médicos, al obtener una calificación de 2.3 a 5.2 puntos.

En cambio, los servicios de gasolineras, bancos, moteles, restaurantes, refaccionarias y vendimia en general fueron valorados como buenos, con calificaciones entre 8 a 8.7 puntos.

La ASF identificó insuficiente capacidad del Estado para inspeccionar y verificar que la construcción, operación, explotación y conservación de los proyectos de la red carretera federal que realizan los concesionarios cumplan con las disposiciones establecidas en el marco regulatorio, y que no se sanciona de manera efectiva a quienes no cumplen con los compromisos contenidos en los títulos de concesión.