La migración no debe ser vista como un fenómeno ‘‘peligroso’’ o de ‘‘seguridad nacional’’, sino como un derecho histórico de la humanidad, y por tanto hace falta estudiar no sólo sus consecuencias, sino también sus causas, afirmaron académicos y especialistas durante la presentación del libro Migración y cultura.

Nuria Sanz, directora de la oficina en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), subrayó que la migración es uno de los acontecimientos más universales y complejos, que en muchas ocasiones se vuelve la única alternativa de la gente en busca de una vida más digna.

La magnitud del fenómeno es tal que, según estudios especializados, en la actualidad hay alrededor de 60 millones de personas en todo el mundo que viven en un lugar distinto al que nacieron, muchas de las cuales enfrentan condiciones de marginalidad y discriminación.

Pese a lo anterior, diversas leyes y protocolos hablan de la migración ‘‘como algo inocuo u ordenado’’, sin profundizar en el estudio de las dificultades que padecen quienes toman la decisión de irse de su lugar de origen.

Remesas de paisanos

En ese sentido, la funcionaria subrayó que debe reflexionarse sobre la importancia de los derechos culturales de los migrantes, ya que a través de ellos se pueden ejercer otras garantías básicas y entender las circunstancias de quienes viven esta situación.

Por su parte, José Manuel Valenzuela, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, destacó el papel de las remesas que envían los migrantes mexicanos a sus familias –equivalentes a más de 26 mil millones de dólares al año–, pues mas allá de su valor económico, tienen un considerable significado como red socioafectiva con sus seres queridos y su lugar de origen.

Para el académico, uno de los principales retos que enfrentan en la actualidad los migrantes mexicanos en Estados Unidos es el proyecto ‘‘incivilizatorio’’ de gobiernos como el de Donald Trump, que buscan atrincherarse en sus fronteras y ven al otro como el culpable de todos sus problemas.

Leticia Cano, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, de la Universidad Nacional Autónoma de México, coincidió en que la administración del republicano está basada en un nacionalismo ‘‘desbordado, xenófobo y supremacista’’, que podría impulsar una deportación masiva de connacionales.