Un primer paso en la dirección correcta
l acto del sábado pasado, organizado en la plaza de armas de Zacatecas por la dirigencia estatal de Morena, para que personas que se habían mantenido a distancia de esa organización y de sus candidatos firmaran el Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México con dirigentes partidistas, señaladamente Andrés Manuel López Obrador, se puede describir como un buen primer paso en los esfuerzos para que en Zacatecas Morena se convierta en un movimiento amplio tan trascendente como las coaliciones de izquierda ganadoras de 1998 y de 2004, cuyas divisiones propiciaron el regreso del Partido Revolucionario Institucional al gobierno del estado en 2010 y que repitiera en 2016. Aquella coalición surgió de la convergencia de dos corrientes principales, la del movimiento encabezado por Ricardo Monreal, y la de la izquierda histórica
agrupada en el Partido de la Revolución Democrática, que, de haber competido por su lado, habría obtenido alrededor de 20 por ciento de la votación, mientras unidos lograron el triunfo con 43 por ciento.
Si consideramos que el mismo día el Partido del Trabajo celebró su Congreso Nacional para decidir formalmente su apoyo a López Obrador, se puede decir que esa fuerza y los asistentes sí constituyen una masa crítica capaz de generar una reacción en cadena con posibilidades amplias de convertirse en opción ganadora el año próximo. El retorno de Juan José Quirino y otros dirigentes fundadores de El Barzón, así como el de Max Correa y demás dirigentes de la Central Campesina Cardenista y otras dirigencias del movimiento social, hacen muy viable la hipótesis de que el movimiento de hoy tendrá un carácter más comprometido con las luchas y demandas de esos contingentes.
Los asistentes tendrán que superar la tirante relación entre los segmentos morenistas agrupados en la dirección estatal formalmente constituida, y quienes se agrupan en la órbita de influencia de la familia Monreal. Las malas experiencias del divisionismo y los acuerdos sobre los mecanismos de elección de candidaturas que aprobará el Consejo Nacional de Morena el 9 de julio podrían contribuir a resolver correctamente sus diferencias.