Directivos admiten que obtener una plaza laboral es un proceso tardado y difícil
En el plantel Aeropuerto, sus laboratorios tienen equipo de más de 30 años de antigüedad
Una quinta parte de los que sí laboran no reciben ningún salario por sus actividades
Martes 27 de junio de 2017, p. 28
Alejandro recuerda que cuando era niño siempre sintió curiosidad por los aviones. Me preguntaba ¿por qué pueden volar? ¿De qué material están hechos?
Encontrar la respuesta determinó su elección para cursar el bachillerato. Con 16 años es uno de los mil 350 alumnos que acuden al Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep)-Aeropuerto, que desde hace más de 35 años forma en Ciudad de México a técnicos en aeronáutica.
Pese a tener equipamiento en laboratorios con una antigüedad de casi tres décadas, que incluye motores, trenes de aterrizaje, recubrimientos de aeronaves y hélices, enseñamos los fundamentos que permiten a nuestros egresados acceder a un mercado laboral altamente competitivo
, afirmaron en entrevista con La Jornada el director del plantel, Alberto Rebolledo, y Rubén Reyes, titular de vinculación.
Con avionetas donadas por el gobierno federal, explica Muricia Cruz, jefa de proyectos y laboratorios del plantel, el más grande del país en esta especialidad, se forma a técnicos en laministería y recubrimiento de aeronaves; mantenimiento de motores y planeadores; sistemas electrónicos de aviación, y telecomunicaciones.
Sin embargo, reconoce, se enfrentan retos no sólo para acceder a un equipamiento más moderno, sino también para formar a técnicos en aeronáutica que deberán ser certificados por la Dirección General de Aeronáutica Civil, a fin de ejercer su especialización en las aeronaves más modernas del planeta, lo que demanda un estricto control de su salud e incluso, de su apariencia, pues no pueden tener tatuajes o perforaciones
, reconoce.
En el Conalep-Aeropuerto, afirma Muricia Cruz, con casi tres décadas de experiencia docente, formamos a nuestros alumnos con los elementos técnicos que disponemos, pero con una enorme disciplina y exigencia
, pues estima que ocho de cada 10 logra laborar en su especialidad.
Trayecto laboral, desafío
Sin embargo, Cruz reconoce que determinar qué sucede con el trayecto laboral de sus egresados, tarea que realiza el Conalep como un esfuerzo institucional, depende de múltiples factores, pues de acuerdo con sus propias cifras, no se tiene un panorama alentador.
En el Informe de empleabilidad y seguimiento de egresados 2016. Inserción laboral, el colegio destaca que el proceso de ingreso a una fuente de empleo puede ser tardado y complicado
, pues sólo 7.9 por ciento de sus egresados considera que no le fue difícil encontrar trabajo.
Entre los principales obstáculos se incluye: poca preparación para responder a los requerimientos de sus empleadores, desconfianza de quienes ofrecen el trabajo hacia los graduados de la institución y que su carrera sea poco demandada, lo que afecta a casi cuatro de cada 10 egresados.
En cuanto a las condiciones de empleabilidad, detectó que 15.2 por ciento de sus ex alumnos trabaja a destajo, por comisión o porcentaje, mientras que otro 20.3 por ciento no recibe pago alguno por su labor. Sólo 13.4 por ciento reportó trabajar a sueldo fijo y 8.9 por ciento ser patrón o socio.
De quienes concluyeron sus estudios y se insertaron en un empleo, se detectó que sólo dos de cada 10 tiene un contrato por escrito y por tiempo indefinido; 17.6 por ciento firmó uno temporal, y otro 15.1 por ciento está subcontratado por otra empresa.
Pese a estas condiciones de desventaja laboral, no son pocos los jóvenes, y en particular las mujeres, que han optado por cursar su bachillerato técnico e incursionar en un mercado de trabajo que hasta hace pocos años era mayoritariamente masculino.
Diana Laura, Sonia y Julieta son parte de una nueva generación de alumnas que buscan especializarse en algún campo de la aeronáutica.
De estatura media y delgada, Diana Laura cursa la especialidad en sistemas electrónicos de aviación y telecomunicaciones, lo que la ha llevado a ser de las primeras muchachas en probar las nuevas instalaciones de telecomunicaciones donadas a su plantel por una empresa líder del sector.
Nunca consideré un desafío especialmente difícil el que siendo mujer deba, al igual que mis compañeros, subirme a un poste a una altura superior de cinco metros y resolver un problema técnico, pero me sentí muy bien cuando me di cuenta que había muchachos que preferían no hacerlo.
Sonia y Julieta optaron por cursar mantenimiento de motores y planeadores, campo en el que, afirman, ya son expertas. Estar en el taller y revisar las turbinas de un avión es emocionante, afirma Julieta. Creo que pronto será algo normal ver en los aeropuertos del mundo no sólo a hombres revisando los motores de un avión, sino a mujeres, porque también podemos realizar cualquier tarea técnica y de mantenimiento
, asegura sonriendo.
Pero las oportunidades de empleo también varían de acuerdo con la especialización. En el plantel Tlalpan I, donde se imparte la formación en Informática y Alimentos y Bebidas, las posibilidades de acceder a un trabajo al egresar son menores
, reconocen alumnos.
Considerado como uno de los centros de formación con mayor demanda a escala nacional en la especialidad de alimentos y bebidas, en el Conalep Tlalpan I cientos de jóvenes se preparan para cubrir empleos de servicios pero, aseguran, cuando llegamos al mercado de trabajo nos quieren para tareas simples como lavaplatos o de limpieza, pero no como cocineros, que es lo que sabemos hacer
, agregan.
Con mil 600 estudiantes, el plantel invierte en instalaciones, como cocinas profesionales, panadería e instalaciones para banquetes. Su cuerpo directivo destaca que buscamos alianzas con muchas empresas, asociaciones e instituciones públicas. Sabemos que formamos muy bien a nuestros alumnos, pueden competir con los mejores, pero el desafío es que no existan suficientes fuentes de empleo donde puedan insertarse
.