Carlos Mercenario, único medallista mexicano en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, espera que la caminata nacional vuelva a los altos niveles a partir de que Guadalupe González subió al podio en Río 2016. Asegura que se tiene todo para lograrlo, pero las nuevas generaciones tienden a conformarse con ser seleccionados y no se esfuerzan por ganar las competencias.

“Es un gran logro representar a tu país, pero no basta. Las medallas no caen del cielo, tienes que salir a pelearlas. A veces cuando usamos el término ‘ganó medalla’, suena como que se sacó la lotería. No es algo fortuito, tiene que ser tu objetivo y tu meta.

Si no sales con un objetivo para ganar, difícilmente va a pasar. Creo que eso es lo que les falta. Es importante la calificación, pero y luego, ¿estás contento con ser el seleccionado de tu país y en la competencia quedar en el lugar que sea?, cuestionó el ex marchista, actualmente conferencista de motivación y liderazgo.

“El triunfo de Lupita vino a picar, en el buen sentido, a los nuevos muchachos. Ojalá que les sirva, porque no fue un resultado de todos, es de ella, que ha dejado un buen sabor de boca para la marcha mexicana.

“A los muchachos que han logrado su calificación, creo que les falta dar el siguiente paso y salir a pelear. Es un logro ser seleccionado olímpico, mundial, de Juegos Panamericanos, Centroamericanos, pero no puedes estar conforme con ser el seleccionado.

Ahora hay que decirlo: les falta tener esa sed de triunfo, esas ganas de salir a ganar, porque cuando compiten no llevan su nombre en la camiseta, sino el de México, y eso es algo que hay que inculcarles, anotó Mercenario, quien ahora se ve en el espejo de su hijo Carlos Emiliano, calificado para competir en el Campeonato Mundial Juvenil, del 20 al 24 de julio en Nairobi.

Yo me pongo nervioso, peor que cuando caminaba. Me pongo muy emocionado, porque va bien, tiene mucha hambre de triunfo, tiene sed de victoria, destacó sobre su hijo.

Nunca lo he obligado a nada, yo no soy su entrenador, es Pedro Aroche, yo me he enfocado a apoyarlo un poquito más en el entrenamiento mental, término que todavía se oye medio nuevo, tristemente acá en México, pero es algo que se ha manejado mucho en otros lugares. En esa parte hemos trabajado y creo que va bien, dice el ex medallista con cierta nostalgia, porque extraña a su hijo, a quien ve solo algunos fines de semana porque está concentrado en el Centro Nacional de Alto Rendimiento.

Puede pelear, puede estar entre los finalistas, avizoró sobre la participación de Carlos Emiliano en el Mundial de Kenia, justa a la que llegará con marca de 43.24 minutos en 10 mil metros en pista, y en su primera justa global se enfrentará a grandes atletas, entre ellos chinos y un guatemalteco, que llegarán con registros menores a 41 minutos.