Coordinadores de albergues de migrantes en las fronteras norte y sur del país denunciaron la persistencia de agresiones en contra de extranjeros, no sólo por parte de delincuentes, sino de las propias corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno.

En el foro Diálogos entre fronteras: miradas sobre el contexto migratorio actual, organizado por el Instituto para la Seguridad y la Democracia, los especialistas se refirieron también al incremento de solicitantes de refugio.

En 2016, casi 9 mil extranjeros presentaron esta petición ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) de la Secretaría de Gobernación (SG). Ahora, tan sólo durante el primer trimestre de 2017, son ya 3 mil 543 casos de personas que buscan protección del Estado mexicano.

Como en los años recientes, Honduras encabeza la lista, seguido de El Salvador. Sin embargo, hay distintos fenómenos, como el de los ciudadanos de Cuba (588 peticiones durante el periodo enero-marzo), debido a la cancelación de beneficios migratorios en Estados Unidos.

Otra situación apremiante es de los haitianos. Si bien 406 han hecho los trámites correspondientes en la Comar, persiste un flujo importante (cuyo número varía acorde con la fuente de consulta) de haitianos prácticamente varados en la frontera norte y actualmente con énfasis en la sur.

Autoridades y grupos civiles han señalado que los caribeños , así como los africanos que buscan quedarse en México (ante la falta de oportunidades para ingresar a Estados Unidos), reciben visas humanitarias, aunque éstas vencerán en diciembre.

Wilner Matelus, del Comité Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos, dijo que hay un acuerdo entre los gobiernos de México y Haití para suspender este apoyo, pese a que no hay condiciones para su retorno a la isla caribeña.

Otras personas dedicadas también a apoyar a migrantes, como Sara Abdala, del Centro Comunitario de Atención al Migrante y Necesitado, ubicado en Altar, Sonora, alertó acerca de la migración como un negocio en donde son comunes los casos de secuestro, trata de personas, homicidio y desapariciones, así como extorsión por parte de los propios policías locales.

Antonio Hernández, de la Casa del Caminante Samuel Ruiz, en Palenque, Chiapas; la religiosa Silvia Javney, de esta misma casa, así como Verónica Vázquez, de Sin Fronteras, quienes dejaron en claro que persisten las vías de tránsito y tráfico ilegal de personas, incluso el tren de carga, ya sea a bordo o al lado de las vías, pero también con caminatas extenuantes de días a través del desierto.