Casi nueve meses aguardó Tamara Vega para recuperarse de lesiones y ahora se siente completamente renovada para afrontar el Panamericano de República Dominicana y el Mundial de Egipto de Pentatlón Moderno, con una sola idea: no presionarse y dar lo mejor en ambas justas.

Tras superar lesiones y una cirugía en el antebrazo izquierdo, esta última a consecuencia de una caída fuera de competencias, la chihuahuense está motivada para experimentar de nuevo la adrenalina que le demanda cada una de sus cinco pruebas (natación, esgrima, equitación, carrera y tiro).

Me sentó el descanso, admite la pentatleta de 24 años de edad, quien desde hace 24 meses vive y entrena en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento, aunque a veces debe trasladarse a instalaciones de Morelos y Tlaxcala para las pruebas ecuestres.

Próxima a competir en la justa continental de la disciplina, del 9 al 11 de junio, y a mes y medio del Mundial, en El Cairo, Vega comentó que tras sufrir la caída donde se fracturó el codo, estaba preocupada, porque no salían las cosas; tenía molestias en la espalda y rodilla, por lesiones anteriores; todo se juntó.

La pentatleta tenía programado este mes dos copas del Mundo, en Hungría y Polonia. Su federación decidió que no fuera para no arriesgarla, además de que no había participado en los selectivos, debido a su lesión.

Lo asimila con actitud positiva y considera que fue lo correcto. Ahora me siento al ciento por ciento y debo tomar las cosas con calma. Este año es de preparación y con estas dos competencias (en Santo Domingo y El Cairo) estoy perfectamente y en buenas condiciones, agrega.

La doble medallista panamericana explica que en la justa dominicana se repartirán plazas para los juegos regionales de Barranquilla 2018 y vamos a ganarlas en lo individual y en el equipo femenil, que también lo conforman Priscilla Espinoza, Mariana Arceo y Mayan Oliver.

Soy la número uno y mis compañeras vienen apretando fuerte, sostiene Vega, quien terminó en el sitio 11 en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, donde su deporte figuró por primera vez en el medallero con el bronce de Ismael Hernández.

La oriunda de Ciudad Juárez está orgullosa de la aportación que hizo su compañero y encara con entereza su tercer ciclo olímpico hacia Tokio 2020.