Luz Mercedes Acosta no siente rencor con las competidoras que la alejaron del podio en Londres 2012. La experiencia con la que fantasea todo atleta de alto rendimiento le fue negada por la tecnología del dopaje, al que recurrieron tres pesistas que lograron mejores resultados hace cinco años. La mexicana terminó en el sexto puesto.

Hace un año, sin embargo, la historia le ofreció un cambio en la trama. La Federación Internacional de Halterofilia anunció que 11 deportistas, entre ellas tres que terminaron adelante de Luz, habían usado sustancias prohibidas. El oro olímpico había sido para la kazaja Maiya Maneza, la plata para la rusa Svetlana Tzarukaeva y el cuarto lugar de la turca Sibel Simsek. Todos, resultados ilegítimos. La descalificación abrió el camino a Luz para un bronce con atraso.

No siento coraje ni rencor con mis compañeras que se doparon en Londres 2012, dice Luz Mercedes; la injusticia me dejó fuera del podio en unos Juegos Olímpicos, pero no estoy resentida, porque sé que hay atletas que ni usando sustancias prohibidas logran dar una marca.

El viernes pasado, un año después de que la federación internacional descubrió el caso de dopaje, Luz publicó en su cuenta de Twitter que ya aparecía como tercer lugar en la página oficial de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Ya es un dato confiable, pero Luz prefiere esperar y contener el júbilo hasta que las autoridades confirmen que es ganadora de la medalla de bronce.

Aunque en la página de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 ya aparece como ganadora del tercer lugar por dopaje de tres competidoras, Luz Acosta festejará hasta que tenga la medalla en las manosFoto Conade

Estoy reservada todavía, porque aún espero la confirmación de la federación internacional; un mero formalismo, pero que no ha llegado, dice Luz; el Comité Olímpico Mexicano (COM) creo que ha sido un poco pasivo y debería de asumir una postura más activa para preguntar qué proceso hay que seguir, cómo va el trámite, en fin, no presionar, pero mostrar que está más al pendiente.

Detrás de esa medalla tiene una historia de lucha contra organismos para que respetaran los reglamentos y le permitieran acudir a los Juegos de Londres.

“Tampoco estoy pensando en ceremonias, como de desagravio, porque lo único que quiero es ver esa medalla en mis manos, sentirla para decir ‘es mía’. El tiempo me dio la razón con retraso”, señala; fue un verdadero argüende el que viví para ganarme el boleto a Londres, no sólo competía, sino tenía que pelear contra la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas, que quería llevar a Carolina Valencia en vez de a mí, porque pensaban que yo estaba vieja y ya había ido a Pekín 2008.

Ese conflicto le hizo todavía más sufrido el camino. Pelear contra los organismos fue más pesado que levantar pesas.