Dafen: dientes falsos, de Pierre Herrera, se presenta la próxima semana
Domingo 21 de mayo de 2017, p. 4
Los brillantes girasoles que pintó Vincent van Gogh, sus detallados espectros de amarillo, los rastros de las gruesas pinceladas, la viveza y luz de las flores moribundas son repetidos millones de veces en una pequeña villa en China por más de 10 mil artistas. El libro Dafen: dientes falsos, de Pierre Herrera (Morelia, 1988), descubre al lector este hecho y se lanza en una vorágine ensayística para reflexionar sobre la originalidad de la obra de arte y las copias.
Las flores de Van Gogh son el eje de la exploración sobre la manufactura del arte
, expone en entrevista el autor, que está a punto de pasar la treintena de años.
Los talleres de Rembrandt o de Warhol, los copistas medievales o las falsificaciones que cuelgan en grandes museos, como el Louvre, para proteger sus piezas, son parte del fluir de líneas de palabras del escritor, nacido en la llamada generación millenial, quien es descrito en la solapa del libro no sólo como autor de dos novelas y artículos de teoría literaria, además de gifs y más de 13 mil tuits.
Publicado por el Fondo Editorial Tierra Adentro, es un libro de ensayo con una estructura poco convencional, donde no se hace una larga disertación con un discurso elocuente; se trata de una avalancha de ideas cortas, desplegadas con líneas centradas entre las páginas, como si fueran versos libres.
Al respecto, señala Herrera: cada hoja en este libro es diferente. Las palabras pueden estar concentradas, hay juegos de separaciones, a veces es una palabra o una oración muy larga. La idea es denotar que la hoja no sólo es un contenedor: es la posibilidad de establecer imágenes dentro, como un caligrama por sí mismo
.
De alguna manera, afirma, está creando sus propias flores. El tema y la forma se conjuntan para construir este artefacto. No sólo se ensaya sobre un tema, el libro es el ensayo, la experimentación
.
Herrera supo de Dafen, el poblado a unos 30 kilómetros de Hong Kong, por un comentario de una amiga. Busqué en Google y ¡guau!, descubrí que sí existe
, relata.
El que alguna vez fue un pueblo de pescadores, ahora es una gran fábrica en serie de copias de obras maestras de pintores como Van Gogh, Salvador Dalí o Pablo Picasso. Se pueden comprar hasta en 50 dólares.
Esas obras prescinden de la originalidad de sus autores
, considera. Sin embargo, las réplicas evocan al fantasma de las obras originales. Recuerdan todo el significado que como objeto cargan: la historia de la pintura, la de su autor pintándola. Su aura
.
Van Gogh realizó varios lienzos de girasoles en agonía; en realidad es una serie con el mismo motivo temático que repitió como parte de su desesperación en Arles. Herrera señala que cada cuadro copiado es único en sus mínimos detalles, a pesar de la repetitividad del proceso
.
En una de las páginas se cita a Bianca Bosker, autora neoyorquina, quien compara la cultura occidental, donde la copia es considerada un robo, mientras en China es un homenaje a las grandes obras de arte y una forma de demostrar las habilidades técnicas del copista, quien es admirado por hacer una excelente reproducción.
Unos de esos girasoles en la sala de espera del consultorio dental dispararon la ola de pensamientos de Herrera. La dentadura también es punto de análisis, pues es un elemento para la identificación de los cuerpos. Pero también, dice, es lo más modificado en las personas, de acuerdo con una exigencia social de perfección.
Si Pierre pudiera comprar una copia en Dafen, seguramente serían unos girasoles de Van Gogh, contesta con emoción un tanto contenida.
El autor presentará el libro el próximo 24 de mayo, a las 19 horas, en el Centro Cultural Elena Garro (Fernández Leal 43, Coyoacán).