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Lectura continuada por el Día Mundial del Libro, en el CCEM

El Quijote sonó en lenguas que fueron del euskera al otomí

Participaron actores y aficionados a la lectura de todas las edades

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La organización de la 15 Lectura Continuada de El Quijote en el Centro Cultural de España en México contó con el apoyo de Alas y Raíces, el Instituto de la Juventud y la delegación CuauhtémocFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de abril de 2017, p. 9

¿Nadie tuvo un percance para llegar? ¿No les salió ningún cocodrilo?, preguntó Sancho Panza antes de dar inicio ayer a la lectura continuada de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, en el Centro Cultural de España en México (CCEM) con motivo del Día Internacional del Libro.

Enseguida el fiel escudero pidió al público asistente abrir la mente y el corazón, antes de pronunciar esas palabras tan familiares: En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivía un hidalgo de los de lanza en astillero....

Siguió un largo desfile de personas, de todas las edades, procedencias e idiomas, con el único objetivo de leer su párrafo asignado de El Quijote. Después de Sancho Panza, interpretado por un actor profesional, tomó la estafa el consejero director del CCEM, Carlos Ruiz González. Siguieron otras personalidades como Nuria Rugosa González, Nidia Chávez Montiel, Aliza Chelminsky y María Teresa Remartínez.

Las intervenciones en español fueron traducidas al lenguaje de señas. Sin embargo, no se trataba de hacer esta decimoquinta lectura continuada sólo en español. De allí que Ana Fernández-Cervera leyó en gallego, mientras Monserrat Mas Bosch lo hizo en catalán, Ana Sanz Eceiza en euskera, Ana Gilka Duarte Carneiro en portugués. Bernardo Galindo Sánchez, por su parte, pronunció su fragmento en mixteco, Nelson Martínez Peréz en zapoteco, Manuel Martínez López en chichimeca jonaz, Iván León Javier en náhuatl y Nicandro González Peña en otomí. En lo que respecta a las lenguas indígenas cada participante tradujo su párrafo correspondiente.

Luego tocó su turno al público asistente, señoras con un niño en brazos o alguien dispuesto a mostrar sus dotes histriónicos, muy aplaudidos. Muchos de los participantes habían acudido a las múltiples actividades organizadas en el CCEM con motivo del Día Internacional del Libro como la feria de editoriales independientes, los talleres –en Quijote Pixel era posible adentrarse a la historia de Don Quijote para crear un arte digital–, y cuentos de juguetes vivos.

Un contingente de niños de diferentes grados llegó del Liceo Cervantes Saavedra. Aquí el único requisito eran las ganas de leer y participar. A los más pequeños hubo que colocarles una tarima para así alcanzar la parte superior del podio con el libro y el micrófono. Por más bien, o no tanto, que lo hayan hecho, ningún niño mostró pena, incluso, después de cada intervención posaron para la foto. Para entonces cada participante contaba con cinco, 10, 15 o 20 segundos, mucho dependió del trabajo que les costara leer a primera vista un texto desconocido y en un español tal vez no tan familiar. No faltó quien se quedara atorado en “don qui… , don qui…”

El premio por unirse a la comunidad de lectores fue una rosa y un libro. Para la organización de la 15 Lectura continuada de El Quijote el CCEM contó con el apoyo de Alas y Raíces, el Instituto de la Juventud y la delegación Cuauhtémoc.