La mejor forma de salir de un laberinto es de la mano de un ro-bot. A este descubrimiento llegó Edgar Granados cuando utilizó uno de estos implementos en un ejercicio escolar, hace ya algunos años. Desde entonces, se enamoró de todas las posibilidades que tienen estas máquinas para resolver problemas de la vida real, más allá de la imaginería de la ciencia ficción.

Los robots están hechos para apoyar al ser humano: en la industria son muy útiles y se espera que también lo sean en las casas. Pueden ayudar al transporte y en los almacenes para que las empresas sean más productivas, dice entusiasmado el estudiante de computación e ingeniería industrial en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

Edgar forma parte de los cientos de participantes (en su mayoría jóvenes) del Torneo Mexicano de Robótica, a realizarse del 30 de marzo al 1º de abril en el Colegio Cristóbal Colón, campus Lomas Verdes, donde podrán verse los avances más recientes en esta rama de la tecnología, que cada vez gana más adeptos en México.

Aunque los robots tienen una amplia gama de usos, los que generan mayor asombro en ferias y concursos son los que juegan futbol, porque son capaces de reproducir movimientos que muchos creen reservados para los seres humanos.

Además de robots futbolistas, Granados desarrolló carros equipados con cámaras y sensores que, poco a poco, van a necesitar menos de la intervención de sus creadores. La meta es la autonomía: que las máquinas sean capaces de tomar decisiones por sí mismas, de acuerdo con las circunstancias que enfrenten.

Al igual que Edgar, Carlos Garza e Isabel González van a participar en el Torneo Mexicano de Robótica, con la expectativa de ganarse un lugar en la cita mundial más importante para quienes diseñan y programan estas máquinas: la RoboCup 2017, que se va a celebrar en julio en la ciudad de Nagoya, Japón.

Con apenas 18 años de edad, estos alumnos de preparatoria de la Universidad La Salle dedicaron gran parte de los pasados ocho meses a diseñar, construir y perfeccionar unos pequeños robots futboleros, equipados con ruedas, que son capaces de empujar una pelota hacia un punto definido, acomodándose tantas veces como sea necesario para lograr su misión.

Hechos por jóvenes en su mayoría, los robots presentados en el concurso nacional de robótica sorprenden a los asistentesFoto José Carlo González

Para Isabel este prototipo es sólo el primer paso de un camino que podría llevarla a crear prótesis biomédicas para ayudar a quienes no pueden ver, por ejemplo, o a diseñar otros implementos que sean cada vez más autónomos en sus decisiones y ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas.

Aunque la robótica es cada vez más popular entre los estudiantes de ingenierías y otras disciplinas afines, aún sigue habiendo poco respaldo a quienes se dedican a ella, lamentan ambos jóvenes.

En México hay muchísimo nivel, mucha capacidad, pero lo que no ayuda es la falta de presupuesto por parte del gobierno. El año pasado uno de los equipos ganadores del torneo no pudo ir al Mundial porque no tenían dinero suficiente, y es una pena que sea así, lamentan.

Tampoco ayuda el hecho de que los robots aún sean considerados juguetes o una suerte de implementos fantasiosos. Pero si te das cuenta, nuestras casas ya están llenas de robots, como las licuadoras, apunta Isabel.

La mejor prueba de que los robots no son un invento del futuro es que ya hay empresarios que se encargan de contratar desde ya a los mejores diseñadores. Uno de ellos es Aldo Luévano, directivo de la empresa mexicana Roomie IT Services, encargada de diseñar tecnología robótica para los hogares.

Nosotros buscamos que esto no se quede en un contexto académico o de concursos, sino que sea un modelo de negocios para diversas actividades del hogar, como el control de la luz, televisores e incluso seguridad, mediante el reconocimiento facial de quienes están afuera de una casa o departamento.”

No reclutamos ingenieros expertos en el tema. El país está al nivel de cualquier potencia mundial, pero no vemos los productos en la industria porque muchas empresas no se atreven a invertir. Nosotros estamos subidos en el barco para romper ese paradigma, subraya.