Reclusos exigían mejores condiciones y tomaron rehenes
Martes 21 de marzo de 2017, p. 23
Ciudad de Guatemala.
Decenas de policías tuvieron que intervenir este lunes para rescatar a cuatro rehenes en poder de pandilleros amotinados en el Centro Juvenil de Privación de la Libertad para Varones Etapa II desde el pasado domingo, cuando dos celadores fueron asesinados al comenzar un motín para exigir mejoras en la comida y las visitas, y el traslado de al menos 250 menores que pertenecen a una misma pandilla y que están recluidos en otros centros correccionales.
Los jóvenes mantenían secuestrados desde el domingo a cuatro funcionarios del penal, ubicado en sureño municipio de San José Pinula, unos 20 kilómetros al este de la capital guatemalteca, luego de matar a dos y herir a otros cinco al comenzar la sublevación.
Esta revuelta ocurrió 11 días después de que 40 adolescentes de entre 14 y 17 años murieron calcinadas durante un incendio en el Refugio Hogar Seguro Virgen de la Asunción, ubicado en el mismo municipio, hecho que provocó manifestaciones en contra del presidente Jimmy Morales por su negligencia para evitar la tragedia, dado que el albergue tenía capacidad para 400 residentes, pero albergaba a 800 menores. Las jovencitas protagonizaron varios motines y denunciaron que fueron víctimas de violaciones y malos tratos.
La incursión policiaca comenzó luego de que los amotinados rompieron el diálogo con las autoridades que buscaban la liberación de los cuatro trabajadores tomados en rehenes.
Durante el asalto se escucharon varias explosiones, pero el ministro del Interior, Francisco Rivas, calificó el operativo de exitoso
.
No obstante, uno de los funcionarios rescatados murió poco después a consecuencia de heridas recibidas durante el motín.
Entre los internos atrincherados figuraban 45 pandilleros de la Mara 18, pandilla juvenil centroamericana con influencia internacional y rival de la Mara Salvatrucha.
La Mara 18 mantenía también en rehenes a 180 paisas, como se define a los jóvenes que no pertenecen a ninguna pandilla; los paisas fueron entregados por los sublevados a las autoridades este lunes, antes del rescate de los funcionarios.
Durante la revuelta, la policía arrojó gas lacrimógeno contra familiares y reclusos en el penal, informaron testigos y socorristas. A nosotros nos empezaron a tirar gas, un custodio le pegó a una señora y eso es un delito; hay adolescentes golpeados, están pegándoles, no les dejan salir, les dicen que los van a quemar
, denunció una mujer.
Miembros de la Cruz Roja auxiliaron a varios jóvenes heridos.