El misterio sobre la identidad de la escritora Elena Ferrante permite que los libros adquieran la primacía merecida, afirmaron Julieta Venegas, Brenda Lozano y Mauricio Montiel Figueiras, durante la charla en torno a la autora de Tetralogía napolitana, la noche del martes.

En el conversatorio Mujeres de letras: Elena Ferrante, efectuado en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la cantante y los dos escritores hicieron un recorrido por su lectura entusiasta de los cuatro volúmenes, la importancia de sus personajes y el oficio para narrarlos, el juego autorreferencial en torno a la creación literaria y la violencia contra las mujeres.

Cada participante eligió y leyó un fragmento de las novelas La amiga estupenda, Un mal nombre, Las deudas del cuerpo y La niña perdida (Lumen), que articulan la saga de Ferrante, cuya identidad se desconoce.

Mauricio Montiel, narrador y titular de la Dirección de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, dijo que su acercamiento a la serie de libros se debió al misterio que rodea su escritura, pues existen muchas hipótesis en torno a quién es la pluma creadora de ese vasto mundo literario. Sin embargo, enfatiz la idea de Ferrante en el sentido de que lo importante son los textos y que el escritor debe pasar a la sombra.

Brenda Lozano apuntó que independientemente de que sepamos la identidad, algo completamente irrelevante, lo importante es que alguien renuncia al protagonismo para poner en el centro a los libros; eso me fascina.

Personajes memorables

Julieta Venegas manifestó que llegó a la saga Dos amigas por recomendación de Lozano, quien le dijo que su lectura era adictiva. Lo que más la atrajo fueron los personajes. Es difícil encontrar protagonistas memorables; ese nivel de humanidad que tienen me impactó y gustó más. Te enamoras de ellos.

Dijo que le dio coraje la revelación el año pasado de la supuesta identidad de Ferrante, porque habla del mundo en que vivimos. Todos tenemos ese morbo. Es lindo ese misterio. Estamos acostumbrados a este mundo de Internet y a buscar la atención y que ella se aleje es lindo.

Mauricio Montiel Figueiras describió la novela como el mundo fabuloso y durísimo de Lila y Elena (la protagonista narradora).

Explicó que el pasaje del desvirgamiento de Lenú le recordó la violencia en México, cuya lectura se le hizo difícil.

“No recuerdo un libro que retrate con tal fidelidad esta permanente ambivalencia y este bamboleo que hay en una amistad a lo largo de 60 años entre dos mujeres que se odian, se aman, se complementan, se organizan y desorganizan. Son caras de una misma moneda. Lenú, quien escribe una historia muy parecida a la que estamos leyendo en un juego de muñecas rusas, se refleja en Lila, quien es aparentemente la dura, la mala, la femme fatale que seduce a todos.”