Para los empresarios del país, el Acuerdo Nacional para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar no es ‘‘un cheque en blanco’’ ni se puede quedar sólo en la teoría. Las partes firmantes deben cumplir con sus compromisos y los tres niveles de gobierno y los poderes de la Unión deben disminuir el gasto público y controlar la deuda, evitar derroches y acabar con la corrupción.

Luego de que se firmaron nuevos decretos de apoyo a las inversiones privadas en el contexto del acuerdo, Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dijo: ‘‘Ninguna de las acciones que hoy estamos tomando será sustentable si no se basa en un combate frontal a la corrupción’’.

Esto debe hacerse, solicitó, ‘‘con acciones concretas’’ y llevar a los delincuentes tras las rejas, desarticular las redes de complicidades, ‘‘considerando corrupción y delincuencia, la organización de saqueos, actos de vandalismo y de uso indebido de la confianza’’.

En Los Pinos, donde se ha convertido en un orador recurrente en actos relacionados con el acuerdo nacional, el líder del CCE defendió a su gremio: ‘‘No somos especuladores ni fomentamos el desabasto en nuestras organizaciones’’.

A su vez, Luis Robles Miaja, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), defendió la estabilidad nacional de los pasados 25 años con ‘‘bajas tasas de inflación e interés, crecimiento consistente y reducción significativa de carencias sociales’’.

Resaltó la aprobación de las reformas estructurales, porque implican ‘‘un crecimiento de 1.5 por ciento de nuestro producto interno bruto potencial’’. Sin embargo, el dirigente del sector financiero advirtió sobre los recientes acontecimientos internacionales.

‘‘Han generado una incertidumbre coyuntural que, si bien no altera los fundamentos económicos del país, sí podrían generar un menor dinamismo en la inversión y el consumo en una parte de este año, lo que reduciría nuestro crecimiento.’’

Por ello, Robles Miaja también defendió el acuerdo nacional promovido por la Presidencia de la República como un acto de unidad para atender situaciones coyunturales, y reivindicó declaraciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), según las cuales la economía mexicana goza de bases sólidas, ‘‘aunque el crecimiento pronosticado (por ese organismo) no representa el crecimiento potencial del país, dada la incertidumbre generada recientemente desde el exterior’’.

Pidió finalmente a los mexicanos tenerse confianza, valorar la situación económica con objetividad y trabajar en unidad.