En la actualidad el perfil de los hackers ha cambiado. Ya no son adolescentes de 15 años enclaustrados en sótanos, sino profesionales cuya edad promedio es de 35; están organizados en redes y células que trabajan a escala mundial, aunque los integrantes no tienen contacto directo, no se conocen entre sí.

Frente a este profesionalismo, en Latinoamérica la mayoría de los fiscales que persiguen criminales no tienen capacidad técnica para entender y juzgar el cibercrimen, donde México se posiciona entre los más afectados de la región. En 2013 ocupó el segundo lugar en ciberdelincuencia, con pérdidas de 3 mil millones de dólares.

En entrevista, especialistas afirmaron que algunos de los prin-cipales crímenes cibernéticos cometidos son robo de identidad, fraudes financieros, secuestro de información, ciberacoso y distribución de pornografía infantil.

De acuerdo con las estadísticas, 90 por ciento de los delitos informáticos no se denuncian y 65 por ciento de las personas que sufren robo de información tampoco reportan el incidente a las autoridades, porque consideran que éstas ni siquiera investigan al carecer de especialistas, y resulta un calvario levantar denuncias en las agencias del Ministerio Público.

La ciudad, nuestros gobierno y autoridades no están haciendo lo suficiente. Es complejo para las personas acudir a un MP para denunciar un robo físico. Trasladar eso al ciberespacio es más complejo. Hay que someter a escrutinio, poner en duda si verdaderamente nuestros cuerpos de seguridad tienen la capacidad para dar esa atención y sentirnos tranquilos, dijo Édgar Chillón Escárcega, académico en tecnologías de la información de la Universidad La Salle.

Manifestó que los diferentes sectores deben entender cuál es la cadena de amenaza del cibercrimen para enfrentalo. La academia, añadió, es un centro medular para preparar a los servidores públicos. Los principales retos que tenemos como país son reforzar las leyes al respecto y crear una cultura sobre ciberseguridad y denuncia.

Fernando Bojorges Contreras, experto en sistemas de seguridad, sostuvo que un hacker es capaz de robar a 100 millones de ciudadanos. Hoy ninguna persona, industria, empresa o país está totalmente a salvo de un ciberdelito. Este crimen crece exponencialmente y tiene infinidad de métodos para cometer su propósito, como distribuir, comunicar información y hacer espionaje, todo esto forma parte de una economía y su efecto va en aumento.

Explicó que hacen faltan profesionales con talento que se involucren en este tipo de procesos. 52 por ciento de las compañías de la región no están preparadas para un ciberataque y 53 por ciento de la industria detectó que hubo un incremento importante en este tipo de delitos en comparación con el año pasado.