Hace tres años, el gobierno federal presentó la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso y la Obesidad; es necesario evaluarla para incluir faltantes, como el relativo al sistema alimentario (cómo se producen, distribuyen y comercializan los alimentos), y corregir defectos; por ejemplo, los horarios que limitan la publicidad son incompletos, el incumplimiento de control de la venta de comida en las escuelas y la falta de presupuesto para campañas de prevención, advirtió la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA)

La agrupación reconoció que con el programa se dio un paso importante en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad –principales factores de riesgo para otras enfermedades crónicas–, pero se quedó corta en diversos aspectos a causa de la presión de la industria de alimentos y bebidas.

Hace falta reconocer, resaltó, que el problema del exceso de peso corporal no es sólo responsabilidad de las personas, sino del sistema alimentario, que no impulsa la transformación del campo, a fin de que los productos tradicionales ocupen un lugar preponderante en la dieta de los mexicanos.

ASA subrayó que las regulaciones contenidas en la estrategia fueron planteadas por la industria que debería someterse a tales reglas, en lugar de que las elaboraran expertos libres de conflicto de interés.

También reiteró su rechazo al etiquetado de alimentos y bebidas porque no proporciona la información que el consumidor necesita y es confuso. Respecto de la publicidad dirigida a niños que se difunde en medios electrónicos, señaló que están fuera de las restricciones horarios y programas para esa audiencia.

De igual forma, dijo, habría que regular otros medios de difusión como Internet, los empaques de los productos, la publicidad en la calle y en puntos de venta.