Premiar a los reporteros
l Congreso saliente de Aguascalientes aprobó la iniciativa de ley que crea el Premio Estatal de Periodismo, en una búsqueda por reconocer de manera formal la tarea de los periodistas de la entidad que informan a la sociedad, ejercen la crítica y forman públicos.
Hay quien considera este premio oficialista por venir del gobierno, por pensar que se premiará una visión en favor de éste, lo que acotaría la libertad de prensa. No podemos hacer a un lado que este comportamiento es común en el país. Miles de periodistas han sido censurados; muchos, asesinados por descubrir prácticas corruptas y otros temas candentes de los gobernantes en diversos estados.
La Jornada Aguascalientes considera que el premio reconocerá la labor que diariamente realizan los periodistas, no una empresa, un columnista o el dueño de algún medio. El reconocimiento está enfocado al trabajo de informar, y es aquí donde los reporteros deben hacerse visibles por méritos propios, sin que importen su fuente de información ni la empresa; los reporteros son responsables de la información que dan a conocer a la sociedad, con la estrategia que consideren pertinente, sin que ello deba ocasionarles daños morales o físicos. No olvidemos que los congresos de los estados son la representación del pueblo. Nosotros, como ciudadanos conscientes, hemos elegido con el voto a nuestros representantes en tribuna, lo que nos llevaría a considerar que entonces no estamos ejerciendo la ciudadanía con rigor. Es, hasta ahora, una iniciativa que coloca la atención en quienes hacen periodismo en la entidad.
Los argumentos contra la iniciativa, la conformación del jurado, el lugar en que se entregará el premio, las autoridades invitadas y las categorías consideradas son puntos a discutir para cuando se establezca el reglamento, pero si hacemos de estos puntos una descalificación, lo que se hace a un lado es el mérito de los reporteros; se pone en duda su esfuerzo por hacer público lo que otros (casi siempre el gobierno) quieren ocultar bajo un discurso oficialista, una constante falta a la rendición de cuentas.
