Con el programa Pumagua se redujo 23 por ciento el volumen que se extrae de los tres pozos existentes en la Ciudad Universitaria (CU) en los pasados ocho años; además, se creó un sistema de medición del consumo en tiempo real, se cambiaron 5 mil 600 muebles de baño y 26 dependencias universitarias modificaron la vegetación de sus jardines y ahora tienen plantas nativas del pedregal, lo que ayuda a disminuir el riego, informó Cecilia Lartigue, coordinadora ejecutiva de plan.

Al participar en el Foro 20.20 Vivir en las Ciudades, organizado por la Fundación UNAM, Lartigue explicó que este programa de manejo, de uso y reúso del agua en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se diseñó por mandato del Consejo Universitario en 2008 y ahora se ha extendido a otros campus de esta casa de estudios e incluso a otra universidad.

Ya estamos en las facultades de estudios superiores Aragón, Iztacala, Zaragoza y Acatlán, y también en el campus Morelos, y se está pasando a la Universidad Autónoma de Baja California Sur. La intención es ir mucho más allá, pues la idea, desde un principio, fue que la UNAM creara un modelo replicable en el país, por ello ya existen esquemas de desarrollo hidráulico en Oaxaca, Puebla y Tlaxcala, inspirados en dicho programa universitario.

La disminución de 23 por ciento en la cantidad de agua utilizada se ha dado pese a que la población de CU creció 40 por ciento de 2008 a la fecha, aseveró. Comentó que gracias al sistema de medición en tiempo real, que ofrece información cada cinco minutos del consumo en los edificios, se pueden detectar fugas. Al inicio de la aplicación de Pumagua en CU se perdía por fugas alrededor de 50 por ciento del recurso.

Lartigue añadió que Pumagua considera también la calidad del agua para consumo humano y explicó que el mismo cumple la norma 127, por lo que es bebible. Además, el laboratorio del Instituto de Ecología, a cargo de la doctora Marisa Mazari, hizo estudios complementarios, y también la Facultad de Medicina: se analizaron virus, protozoarios y bacterias. Actualmente nos hemos restringido a la norma, pero es lo que se exige a cualquier organismo operador. Entonces, estamos cumpliendo.

Una de las labores es convencer a la gente de que beba el agua de la llave en CU; puede hacerse porque tenemos tres cuestiones que nos hacen verificar que cumple. Nosotros hacemos dos veces al año la aplicación completa de la norma con un laboratorio externo certificado; además, tenemos un sistema de medición en tiempo real que atiende seis parámetros, (entre ellos) cloro, nitratos, PH, sólidos disueltos y turbidez. En cuanto se nota cualquier problema se notifica a la Dirección de Obras y se corrige. Por otro lado, hacemos muestreos semanales de parámetros microbiológicos y de cloro.

Tras señalar que 80 por ciento de las entidades de CU tienen al menos una acción de las que propone Pumagua, comentó que estamos promoviendo la instalación de despachadores de agua para poner botellas o cilindros. Es una medida que se está difundiendo poco a poco.