La Unión Nacional de Avicultores (UNA) demandó al gobierno suspender la importación de 300 mil toneladas libres de arancel de carne de pollo, ya que pone en riesgo fuentes de empleo y no garantiza que los precios al consumidor disminuyan.

César Quesada Macías, presidente de la UNA, expuso que el año pasado las compras en el exterior dejaron como saldo la pérdida de 98 mil empleos, y no se obtuvieron 9 mil 500 millones de pesos de valor agregado en la economía.

Por cada punto porcentual de penetración de importaciones, la industria nacional no genera 12 mil plazas directas e indirectas; en cuanto al valor de la producción, por cada punto porcentual de compras en el exterior se dejan de generar 632 millones de pesos de valor agregado en la economía. También hay impactos en materia fiscal, pues existen pérdidas tanto en ISR como en nómina, que impactan negativamente al fisco al desplazar la producción nacional, señaló.

Refirió que cuando se impuso el arancel cupo (libre de arancel) –publicado el 16 de mayo de 2013 en el Diario Oficial y ampliado el 22 de diciembre del año pasado–, las condiciones sanitarias de la industria avícola eran distintas, pues las granjas habían sido afectadas por la influenza aviar de alta patogenicidad (H7N3), pero esa crisis ya se superó; ahora estamos recuperando nuestro crecimiento y abasteciendo los mercados con pollo mexicano, cuyo mayor atributo es ser fresco.

Comentó que se han favorecido las importaciones de Brasil –60 mil toneladas–, las cuales ya representan 8 por ciento del total que llega al país del exterior. Observamos una clara tendencia al alza, y con ello el franco desplazamiento del producto nacional; de Estados Unidos se importan piernas y muslos, y ahora de Brasil las pechugas.

Puntualizó que las importaciones libres de arancel no han favorecido al consumidor. De 2013 a la fecha los precios de pollo entero al productor se sostienen en una banda de entre 18.50 y 20.50 pesos por kilo, y el costo para el consumidor oscila entre 34.70 y 35.70 pesos. Los grandes márgenes se quedan en la cadena de distribución y comercialización.

Sostuvo que la industria avícola está en disposición de competir, pero en igualdad de circunstancias, principio que no se cumple con las adquisiciones provenientes de Brasil, país que exporta 4.2 millones de toneladas de pollo y tiene un superávit en la producción de maíz y soya, principales materias primas para la engorda de las aves, en tanto en México se producen 3.2 millones de toneladas y se importa 70 por ciento del maíz y la totalidad de la soya requerida para alimentarlas.