lgunos científicos mexicanos han manifestado su preocupación por los efectos que pudieran tener los resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos sobre las actividades científicas y tecnológicas, no sólo en el país vecino, sino a nivel global, y en particular en sus relaciones con México.
Recientemente tuve la oportunidad de preguntar al director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Enrique Cabrero Mendoza, cuáles serían los posibles efectos de ese proceso electoral sobre las relaciones entre México y Estados Unidos en los campos de la ciencia, la tecnología y la innovación. Sus respuestas aparecen publicadas en el número de septiembre de la revista del Foro Consultivo Científico y Tecnológico(1).
Para Cabrero, aun en el peor escenario (que para él sería el triunfo de Donald Trump), el sector de ciencia, tecnología e innovación no se vería tan severamente afectado, pues las relaciones entre las dos naciones pasan por acuerdos entre las comunidades científicas y universidades que gozan de gran autonomía: No me imagino en ningún escenario, dijo, a universidades que son líderes en el mundo, o a grupos científicos que tienen gran prestigio, dejándose acotar por el gobierno estadunidense en turno.
Por otro lado, frente a la postura que ha expresado el candidato del Partido Republicano en el tema de la migración, en que también están involucradas la ciencia, la tecnología y la innovación, Cabrero explicó que el liderazgo de Estados Unidos en algunos campos del conocimiento se explica por la aportación de los migrantes. Los estadunidenses nativos, señaló Cabrero, cada vez están menos interesados en las disciplinas de ciencias exactas, matemáticas, ciencias biológicas y tecnología, que son las que actualmente mueven el conocimiento. El liderazgo de ese país en algunas de esas disciplinas se debe a que llegan cada vez más científicos de China, Corea, Vietnam y México.
Sin la participación de científicos provenientes de otros países, el modelo científico estadunidense, señaló Cabrero, no podría mantener su posición de liderazgo y en poco tiempo sería un país dependiente en esta materia si no hay un flujo de talentos, un movimiento libre hacia adentro y hacia afuera de ese país. No veo cómo, dijo el científico social, un presidente, aun con un gran poder, pudiera detener el mundo global del conocimiento.
Cabrero admitió que puede haber un gran retroceso, por ejemplo, por las creencias de algunas familias conservadoras, que en un nivel de ignorancia muy grande
dejan de aplicar vacunas a sus hijos, lo que puede conducir al resurgimiento de algunas enfermedades que estaban superadas (Trump ha sugerido limitar la aplicación de las inmunizaciones, alegando sin fundamento que pueden producir autismo). También reconoció que en contraste, hay en la sociedad estadunidense una fuerte tendencia hacia un tránsito de los valores sociales a una sociedad del conocimiento, en la que la ciencia y la tecnología sean las herramientas para que la humanidad resuelva sus problemas y alcanzar mayores niveles de bienestar.
Como ha sucedido en el proceso de evolución social en distintos momentos de la historia, surgen grupos y pueden aparecer movimientos y gobernantes que se resisten a los cambios. Para Cabrero, actualmente en el proceso electoral de Estados Unidos aparece un movimiento de intensificación de los resabios de un tradicionalismo exacerbado, de un fanatismo por ideas ya anacrónicas
y mencionó como antecedente a la Edad Media y la enorme resistencia en esa época, principalmente de origen religioso, que retrasó el avance del conocimiento pero nunca lo pudo detener, y es algo que ahora vemos como un episodio negro en la historia.
Cabrero tiene una visión optimista acerca de lo que viene, pues considera que la mayoría de los países son conscientes de los riesgos que representan los movimientos de resistencia en la evolución social, frente a los cuales el avance de la ciencia y la tecnología es crucial con una vocación de inclusión social.
En mi opinión, la postura del director del Conacyt se basa en elementos muy objetivos. Y uno esperaría que la sociedad estadunidense tome la decisión correcta y no la vía de retorno a las etapas más oscuras de la historia de la humanidad.