Un rumor poco creíble
Pese a todo, la constitución avanza
En marcha, un nuevo pacto social
in datos que permitan darle certeza, el rumor ha crecido hasta convertirse en algo que pareciera cierto: que desde Morena se pretende sabotear los trabajos de la constituyente de la Ciudad de México.
Más que ira o sorpresa, la respuesta provocó una muy honda reflexión sobre el quehacer de la constituyente. Desde luego, el acuerdo que da vida al proceso que culminará el 31 de enero del año que viene nació en condiciones que no favorecen su legitimidad, porque emergen, precisamente, de la idea de hacerlo poco creíble, y con ello restarle el apoyo de la ciudadanía.
Tanto el PRI como el panismo permitieron que el constituyente naciera condicionando su existencia. O mal parido o nada. Los dos partidos de derecha, que cuentan con muy poco respaldo popular en esta ciudad, y que por sus votos no representan más que una muy pequeña porción de ciudadanos, obligaron a que en la Asamblea Constituyente pudieran tener una representación ficticia, es decir, que no responde ni está avalada por el voto, para figurar con una presencia mayor a la que le diera el sufragio, en la redacción de la ley fundamental de la Ciudad de México.
En una primera fase, la estrategia dio resultado: muy poca gente se interesó por asistir a las urnas, pero a poco la situación ha cambiado; ya hay más de 300 foros que con diferentes intereses buscan insertar sus ideas en el texto, en la mayoría de las casas de estudios superiores se han levantado propuestas especializadas para marcar caminos a los ordenamientos legales que habrán de plasmarse en la constitución local.
Tanto el PRD como Morena han salido a las calles para hacer partícipes a los ciudadanos de los trabajos y de las ideas que se manejan para la construcción de la carta fundamental de la capital. Ayer mismo, Morena presentó su propuesta a sus seguidores, mientras en el PRD se continuó con el análisis de los posibles escenarios que levantará la temática de la constitución.
Las dos organizaciones –las más importantes en la ciudad– han mostrado en todos los ámbitos su interés por lo que suceda con la capital, lo que no quiere decir que vayan a empatar en cuanto a ideas y conceptos de algunas de las leyes que habrán de promulgarse, pero su trabajo ahí está, innegable y contundente.
Por ello, no parece tan cierto eso de que desde Morena se quiera torpedear el trabajo constituyente, por más que de un lado y de otro se cuestione su origen. Tener una Asamblea Constituyente para la Ciudad de México, cuyo primer gobernante será Miguel Ángel Mancera Espinosa, ya en proceso, es mejor que no tener nada.
Seguramente la ciudadanía en general se sentirá sorprendida por todas las ideas que se han vertido para subsanar lo que hace falta en esta ciudad, y que de pronto pasan inadvertidas, pero que ahora, entre los equipos que redactan y asesoran la propuesta del jefe de Gobierno, y en muy buena parte la llamada sociedad civil, habrán de formar un nuevo pacto social que transforme, esperemos que para bien, a la ciudad capital.
De pasadita
Ahora sí, después de que Miguel Ángel Mancera no descartara a Patricia Mercado como candidata a la jefatura de Gobierno –no dijo de qué partido–, sería deseable que la señora, para no descuidar su trabajo en la Secretaría de Gobierno, de una vez renunciara; además, con ello evitaría la guerra que desde la trinchera de Cherto le han declarado, al grito de Ese no fue el acuerdo
. Hagan sus apuestas.