Cuernavaca, Mor.

Integrantes del Frente Amplio Morelense (FAM) que estaban en plantón desde el pasado 16 de agosto en los pasillos del palacio de gobierno del estado para exigir la destitución del mandatario, Graco Ramírez, fueron desalojados ayer por policías del mando único en dos ocasiones.

El primer desalojo se realizó a las 3 horas. Unos 400 policías antimotines y un presunto grupo de choque liderado por el titular de la Comisión Estatal de Seguridad, Alberto Capella Ibarra, expulsaron a los manifestantes alegando que no tenían permiso para protestar.

A las 9:30 horas líderes del FAM, encabezados por su vocero, Javier Sicilia; el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, maestros, campesinos, artesanas y trabajadores sindicalizados de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, denunciaron en rueda de prensa la represión criminal del gobernador Graco Ramírez.

“La política de represión y criminalización de la protesta social de la que hemos sido y estamos siendo objeto se aplica, como sabemos, a través de acciones policiacas represivas que nunca son investigadas ni sancionadas; es decir, ocurren a través de violaciones a los derechos humanos.

La protesta es un recurso que tenemos los ciudadanos y las organizaciones para exigir nuestros derechos; es una forma legítima de decir a nuestros gobiernos que no están cumpliendo con sus obligaciones o que sus acciones nos afectan de forma negativa, señaló Sicilia.

Una hora después, el vocero del FAM invitó a los dirigentes de las más de 100 organizaciones que la integran a tomar de nuevo los pasillos del palacio de gobierno, que ya estaba resguardado con vallas metálicas y policías antimotines.

Acompañados del rector de la UAEM, el maestro Nicanor Reynoso, los abogados del FAM y otros integrantes del frente regresaron a los pasillos, pero cuando intentaron abrir las vallas fueron replegados por los uniformados; Sicilia recibió golpes en las costillas y el estómago y fue llevado a un hospital, pero antes advirtió que nuevamente había quedado instalado el plantón para exigir la renuncia del gobernador.

“Aquí se queda el plantón, otra vez. Que nos desalojen como seres humanos: de frente, como hombres y mujeres, no como criminales, en la madrugada, desplegando violencia e intimidación que no son capaces de desplegar con los criminales.

Y todavía me golpean, cuando yo no he golpeado a un gobernador físicamente, sino he señalado sus crímenes, su corrupción con la delincuencia organizada, y la respuesta es esto, expresó.

Tras el altercado, alrededor de las 14 horas arribó personal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para documentar las agresiones.

El nuevo plantón se mantuvo hasta las 16 horas, cuando los policías antimotines encapsularon a los inconformes, los empujaron con sus escudos y amenazaron con lanzarles gas lacrimógeno. Los integrantes del FAM se retiraron.

Más tarde se instalaron en la calle Gutenberg, en el lado norte del edificio de gobierno, y también amagaron con expulsarlos. Según los uniformados, el gobernador está muy enojado contra todos los que exigen que renuncie.

Al cierre de esta edición unos 200 representantes del FAM continuaban en la calle, vigilados por cientos de policías que les impidieron colocar mantas de protesta.

El pasado 16 de agosto, miles de ciudadanos de tres ciudades, inconformes con la inseguridad, la represión y la violación de derechos humanos en el estado, salieron a las calles encabezados por el FAM para exigir la dimisión de Graco Ramírez.