Amatrice, Italia.

La búsqueda de víctimas llega casi a su fin este domingo en Italia; se desvanece la esperanza de hallar sobrevivientes entre los escombros de los pueblos del centro del país devastados por un temblor que dejó al menos 291 muertos.

Cuatro días después del sismo las autoridades tratan de evaluar los daños y organizar la vida de los habitantes de la región. Al menos 2 mil 500 personas perdieron sus casas.

Vamos a pasar el invierno aquí. Al principio en tiendas de campaña, y luego espero que en prefabricados, dijo a Afp Emidio Chiappini, uno de los damnificados.

Las autoridades han destinado 60 millones de euros en fondos de urgencia, a los que se añaden 10 millones en donaciones.

Italia se dispone también a apelar al fondo de solidaridad de la Unión Europea, pero el tiempo apremia: el frío va a llegar pronto a estas regiones de montaña baja.

Al mismo tiempo, se abren investigaciones para determinar por qué el temblor causó tantos muertos y tanta destrucción, cuando las normas antisísmicas en esta zona de claro riesgo están en vigor desde hace más de 45 años.

En un primer momento, los expertos deberán decirnos y explicarnos cómo los edificios fueron construidos y por qué se han derrumbado. Luego buscaremos responsabilidades, declaró el fiscal de Rieti, Giuseppe Saieva, al diario La Stampa.

La investigación se inicia con los edificios públicos destruidos o fuertemente dañados en Amatrice: la escuela (renovada con grades gastos en 2012), el hospital, el cuartel, el teatro…

Las fiscalías de Rieti –de las laderas este y oeste de la montaña– han abierto indagatorias por desastre y homicidios involuntarios, que podría generar juicios a personas físicas o morales.

Según los medios, los propietarios que hicieron obras sin autorización en edificios que se derrumbaron, o funcionarios que entregaron certificados de conformidad podrían ser llevados ante la justicia.