Lunes 22 de agosto de 2016, p. 33
Washington.
Kellyanne Conway, la recientemente designada directora de campaña de Donald Trump, dijo este domingo que los planes del candidato presidencial republicano de deportar a 11 millones de personas que residen de manera ilegal en Estados Unidos era un proyecto en curso y que él estaba comprometido a un enfoque justo y humano
en el tema.
Los comentarios sugirieron una moderación en la política migratoria de línea dura que Trump puso en el centro de su campaña contra la demócrata Hillary Clinton para las elecciones generales del 8 de noviembre.
Lo que él apoya es asegurarnos de que se haga cumplir la ley, que respetemos a aquellos estadunidenses que buscan trabajos bien pagados y seamos justos y humanos con los que viven entre nosotros en este país
, declaró Conway a CNN.
En el programa State of the Union, Conway fue interrogada sobre si los planes de Trump incluirían una fuerza de deportación
que el candidato previamente prometió establecer, a lo que respondió que aún debe determinarse
.
Sus declaraciones se dan después de que Trump anunció la semana pasada un cambio mayor en su equipo de campaña.
El candidato ascendió a Conway, que antes era asesora senior, a directora de campaña, y contrató a Stephen Bannon, jefe del sitio web Breitbart News, como presidente ejecutivo de la campaña.
Su equipo anunció el viernes la renuncia del presidente de la campaña, Paul Manafort, después de que las autoridades de Ucrania hicieron público el supuesto pago de 12.7 millones de dólares asignados a él entre 2007 y 2012, en la época en que gobernaba el país el presidente pro ruso Víctor Yanukovich.
Va en busca del voto femenino
La nueva conducción combina a Bannon, un conservador combativo, con Conway, una analista enfocada en los datos que ha estado tratando de ampliar el atractivo de Trump con las mujeres y los votantes independientes.
También han comenzado a aproximarse a los votantes negros y latinos, entre los que Trump es impopular, de acuerdo con sondeos.
Los críticos lo acusan de agitar la xenofobia con su llamado a construir un muro a lo largo de la frontera de Estados Unidos y México y su propuesta de prohibir temporalmente el ingreso de musulmanes a territorio estadunidense.
Del lado demócrata, Robby Mook, jefe de campaña de Clinton, acusó a Trump de ser un títere del Kremlin
.
En el programa de la cadena ABC This Week, Mook cuestionó las transacciones financieras de Trump y dijo que se niega a revelar vínculos financieros profundos que alcanzan potencialmente al Kremlin, lo que podría influir en sus decisiones de política exterior
.
La comparecencia de Mook llega en medio de una serie de llamados para cerrar la Fundación Clinton en caso de que la ex secretaria de Estado llegue a la Casa Blanca, incluido un editorial del Boston Globe que señaló que fue un evidente conflicto de intereses durante su permanencia en el Departamento de Estado.