Las familias que habitan la vecindad de José Mendívil 64 no cejan en pedir apoyo
La delegación Miguel Hidalgo sólo les ha enviado láminas para reforzar los techos
Lunes 15 de agosto de 2016, p. 39
Muros cuarteados, vigas carcomidas, paredes enmohecidas, hundimientos, goteras y ladrillos a punto de desplomarse forman parte del escenario diario de las familias que habitan la vecindad de José Mendívil 64, de la colonia Daniel Garza, en la delegación Miguel Hidalgo, catalogada como de alto riesgo.
Un recorrido por ese inmueble mostró que las afectaciones no son sólo dentro de las viviendas, sino también en los pasillos, escaleras, muros, trabes y castillos, donde es posible observar el deslizamiento
de algunas bardas y el yeso desprendido en varios puntos.
En este predio conviven 10 familias, integradas en promedio por cuatro personas, que no cejan en sus demandas de apoyo a las autoridades delegacionales o del gobierno capitalino, las cuales les han enviado láminas para reforzar sus techos o las han llenado de promesas de ayudarles en algún momento.
Junto con sus dos pequeñas hijas y su esposo, María de la Luz Contreras ocupa en esta vecindad la casa marcada con el número 4; aquí llegaron hace más de 20 años, pero por la falta de mantenimiento han ido empeorando las condiciones de la vivienda.
Cuando llegamos había cuarteaduras pequeñas, pero se han ido abriendo y descarapelando la pintura y el yeso y han hecho unas grietas enormes en las paredes
, a grado tal que se puede hablar con los vecinos a través de esas fracturas.
En el techo, las vigas carcomidas y los estropeados ladrillos fueron formando goteras cada vez más intensas que orillaron a la familia Contreras a colocar un enorme hule que no sólo cubre esos daños, sino que evita que toda la casa se moje.
Por eso, cada que llueve ven cómo se forman las bolsas
de agua, que empujan con un palo hasta que escurre el líquido en varias cubetas que colocan en el suelo irregular; narra que ha habido ocasiones en que se desprenden ladrillos sobre el hule de color rosa pálido.
La situación no varía respecto de otras casas, en las que las fracturas en paredes y techos son el común denominador. En el pasillo de acceso un pilar sostiene una plancha de concreto que paulatinamente se ha ido inclinando, lo que representa un riesgo latente para los moradores. La misma falta de mantenimiento ha ocasionado que los pasamanos de las escaleras también registren marcado deterioro.
Al igual que María de la Luz Contreras, el resto de las familias de esta vecindad esperan que las autoridades capitalinas, por conducto del Instituto de Vivienda (Invi) de la Ciudad de México, les puedan ofrecer una alternativa, ya sea con vivienda nueva o con un crédito, antes de que esto se caiga a cachitos
.