La delegación Xochimilco es la primera en contar con una granja deshidratadora solar de productos agrícolas, única en el país, que dará un mayor volumen a la producción y un valor agregado a los alimentos.

Financiada por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación (Seciti) de la Ciudad de México, encabezada por René Drucker Colín, con un costo de 15 millones de pesos, puede procesar en principio cinco toneladas de alimentos, lo que se traduce en 2 mil kilos de productos deshidratados al mes.

La granja puede funcionar 10 horas continuas y transforma la energía electromagnética en térmica, que alcanza temperaturas óptimas para el secado de verduras y frutas que se producen en las delegaciones rurales de la capital, así como en huertos urbanos.

Este proyecto, explicó, Drucker Colín, permitirá generar mejoras en la economía y fuentes de empleos en beneficio de los productores de capitalinos, al tiempo que, agregó, seguiremos manteniendo a la ciencia como una herramienta para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Xochimilco, subrayó.

La granja deshidratadora se ubica en el pueblo de Santa Cruz Acalpixca, tiene una superficie total de dos mil metros cuadrados y permitirá también abaratar los costos de transformación de los productos, así como eliminar pérdidas de ganancias, por intermediarios y generar nuevos nichos en el mercado nacional e internacional, explicó por su lado, el director de infraestructura, modernización e innovación tecnológica de la Seciti, Mauricio León Salazar.

Para su funcionamiento, consta de 100 deshidratadores solares, los cuales son captadores de energía solar, en cada contenedor se introducen hasta 25 kilogramos de producto fresco, para someterlos a un proceso continuo de aire caliente de abajo hacia arriba, de tal manera que las charolas ubicadas en la parte baja deshidratan más rápido; y en el caso del nopal, que es el principal producto con el que se trabaja actualmente se pueden deshidratar en medio día un total de 25 kilogramos, por unidad.

Después del secado se lleva el producto a la zona cero, donde se trabaja en seco y pasa a un dosificador para determinar cómo será el producto final: pulverizado o entero.