Puebla, Pue.

Antes de 2010, el robo de combustible a los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) que atraviesan la entidad era un delito sin mayor impacto; sin embargo, a partir del gobierno panista de Rafael Moreno Valle Rosas, quien aspira a ser candidato presidencial por su partido, ese acto ilícito despuntó a grado tal que Puebla ocupa el primero lugar a nivel nacional en el rubro.

En los dos años recientes, el estado dejó de ser territorio neutro para los jefes de las principales bandas criminales que operan en el país, que en la actualidad se disputan el negocio del robo de hidrocarburos, lo cual ha desatado hechos violentos, principalmente en los municipios de Tepeaca, Palmar de Bravo, Acajete y Tepeyahualco de Cuauhtémoc.

En julio pasado, Pemex ubicó a Puebla en el primer sitio de hurto de combustible, con pérdidas económicas que ascendieron, en 2015, a mil 229 millones de pesos. Es decir, de cada peso robado a esa empresa productiva del estado, 42 centavos se perdieron en territorio estatal.

En febrero, Pemex reveló que en el sexenio de Moreno Valle hubo un incremento en la entidad de mil 583 por ciento en los hallazgos de tomas clandestinas para extraer hidrocarburo, al pasar de 49, encontradas en 2010, a 825 en 2015.

El diputado local del PRD, Ignacio Mier Bañuelos, declaró que en Puebla operan 15 bandas del crimen organizado, que no habrían crecido sin la ayuda de las autoridades locales.

Zetas, rojos, cártel Jalisco...

Señaló que estas organizaciones delictivas, que controlan el robo de combustible en la entidad, son Los Zetas, Los Rojos y cártel Jalisco Nueva generación, que han desatado una guerra entre grupos del crimen organizado, pobladores de la región y los llamados huachicoleros, como se conoce a quienes sustraen combustibles.

El alcalde de Tepeyahualco de Cuauhtémoc, Francisco Palacios Lorenzo, denunció que recibió amenazas de muerte en su contra y de su familia por criminales que operan en la zona, quienes intimidan al comandante de la policía local para que les permita libre tránsito en el traslado de gasolina saqueada.

Hay amenazas de muerte, nos llaman y nos piden paso libre para que los dejemos robar combustible en nuestro municipio, o de lo contrario nos lleva la chingada, reveló el edil. Aseguró que las advertencias vía telefónica se iniciaron hace tiempo, aunque en las últimas semanas son permanentes.

Desde el gobierno de Mario Marín Torres (2005-2011) ya se cometía el robo de gasolina en Puebla; no obstante, esta actividad ilícita despuntó en la gestión de Moreno Valle.

En los primeros años de su sexenio el delito se cometía de manera discreta, pero de 2015 a la fecha la pelea entre bandas desató una ola incontenible de violencia con cifras alarmantes.

Balaceras y ajustes de cuentas

La Jornada de Oriente documentó durante tres fines de semana recientes y de manera consecutiva (entre el 9 de junio y el 18 de julio) que en la entidad se perpetraron 52 asesinatos y 36 lesionados por arma de fuego, de los cuales 20 fueron en balaceras y ajuste de cuentas por la disputa del robo de combustible en la región conocida como el triángulo rojo.

Este polígono abarca los municipios de Acatzingo, Palmar de Bravo, Quecholac, Felipe Ángeles, Acajete y Tepeaca, donde atraviesan los ductos de Pemex y se concentra el mayor número de tomas clandestinas.

El caso que más llamó la atención ocurrió el 2 de junio, cuando un comando mató a cuatro personas y dejó a 12 lesionados durante un partido de beisbol llanero en el municipio de Acatzingo, que comunica con la carretera a Perote, Veracruz.

Testigos revelaron que de varias camionetas descendieron sujetos con rifles AK-47, mejor conocidos como cuernos de chivo, quienes comenzaron a disparar a quemarropa contra el público.

En un comunicado, la Fiscalía General de Puebla informó que los fallecidos fueron identificados como José Luis Vélez Robles, de 37 años, y Diego Mauricio Hernández Rojas, de 22. Días después, dos personas más murieron en el hospital: Abel Luna Blas, de 46 años, y Adriana Cuautle, de 16.

En la comunidad de Tláloc, ubicada en el municipio de San Matías Tlalancaleca, los pobladores han hecho justicia con mano propia al prender fuego a camiones de huachicoleros, en los que trasladan bidones cargados con combustible robado.

Con la quema de los vehículos, los lugareños buscan frenar las tomas clandestinas a ductos de la empresa petrolera, pues ponen en riesgo la vida de los habitantes. De mayo a julio de este año, habitantes de Tláloc quemaron por lo menos19 vehículos de presuntos chupaductos.

Ignoran lista de ediles cómplices

A raíz de este problema, la Unión de Gasolineros Unidos de Puebla-Tlaxcala informó que entregaron al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la lista de alcaldes en el estado que presuntamente protege a las bandas criminales.

Según la presidente de la agrupación, Luz María Jiménez Almazán, nadie hizo caso al informe, ni las autoridades federales, muchos menos las estatales.

Expuso que la preocupación de los empresarios es que en Puebla hay desabasto alarmante de gasolinas Premium y Magna, así como diésel, en los establecimientos asentados en la autopista México-Puebla.

En abril, la empresaria Luz María Jiménez Almazán presentó una queja ante el director general de Pemex, José Antonio González Anaya, debido a que hay desabasto de gasolina en 40 por ciento de los establecimientos en Puebla y Tlaxcala. Sostuvo que el gobernador panista conoce a fondo la problemática pero su administración ha sido omisa.