Santiago.

La derecha inició su ofensiva contra la iniciativa del gobierno para mejorar las pensiones, y un ministro del ex presidente Sebastián Piñera sostuvo que se trata de aplicar un nuevo impuesto al capital. Sin embargo, frente a la crecente presión social el ente patronal Sofofa, que reúne a los industriales del país, se declaró abierto al diálogo.

A su vez, el ministro del Interior, Mario Fernández, aseguró que el Ejecutivo espera tener durante este año un proyecto de reforma para la ley de pensiones que permita que los montos vayan en aumento.

El ministro participó en una reunión encabezada por la presidenta Michelle Bachelet con los dirigentes de los partidos políticos con representación parlamentaria, y subrayó la buena disposición que existe para llegar a un acuerdo nacional en la materia.

Esta semana la mandataria anunció una serie de medidas para aumentar las pensiones, entre las que destaca un alza hasta de 15 por ciento en la cotización previsional desde su actual 10 por ciento, con cargo exclusivo al empleador. De acuerdo con los cálculos del gobierno, el nuevo plan para las pensiones costará 4 mil millones de dólares, cuyo tercio corresponderá al fisco.

Fernández indicó que iniciaremos un diálogo y un trabajo muy de fondo para llegar a un pacto nacional sobre las fórmulas que la presidenta diseñó y entregó al país hace un par de días. Vamos a buscar formas concretas para mejorar las pensiones de los chilenos, añadió.

Un sector del gran capital comenzó de inmediato un ataque. El ex ministro Felipe Laraín dijo que se trata de un impuesto y protestó porque no podemos hacer políticas públicas para la calle. Este es un tema que no estaba en la agenda, hasta que salió la gente a la calle, dijo.