El balance de riesgos para el crecimiento de la economía mexicana se deterioró desde finales de junio, advirtió este jueves el Banco de México (BdeM). Al estancamiento que se venía observando en el sector industrial se añadió un freno al crecimiento del sector de los servicios, que contribuye con casi dos terceras partes del producto interno bruto (PIB), mientras el consumo privado se desaceleró, sostuvo, al dar a conocer que mantendrá en 4.25 por ciento su tasa de interés de referencia. Advirtió que para el país es crucial aplicar medidas para mantener sólidos los fundamentos macroeconómicos.

En su anuncio de política monetaria el banco hizo un balance sobre el entorno económico mundial, y en especial del comportamiento de la economía interna que, de acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) tuvo una contracción en el segundo trimestre de este año.

Se considera que el balance de riesgos para la economía mexicana se deterioró con respecto a la anterior decisión de política monetaria (divulgada el 30 de junio). De acuerdo con la estimación oportuna del PIB publicada por el Inegi, en el segundo trimestre de 2016 la economía registró una contracción después del crecimiento reportado en el trimestre previo, mencionó el banco.

Destacó que durante ese segundo trimestre no sólo se mantuvo el estancamiento del sector industrial, que aporta alrededor de una cuarta parte del PIB, sino que el sector terciario o de servicios, que había sido uno de los motores de la economía, se frenó, y “de manera relacionada, el consumo se desaceleró, mientras las manufacturas y la inversión mantuvieron un débil desempeño. En este contexto, durante el segundo trimestre del año la brecha del producto –la diferencia entre el potencial de crecimiento y el desempeño observado– parecería haberse mantenido negativa”.

A este panorama el banco central añadió la previsión del avance gradual de la inflación ante la decisión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de incrementar el precio de la gasolina, y el riesgo de que se traslade a los consumidores; mientras, en el entorno internacional identificó riesgos para la economía nacional derivados de la volatilidad en el tipo de cambio, la incertidumbre generada por las elecciones presidenciales de Estados Unidos y sus consecuencias, así como la continuidad de precios bajos en el mercado petrolero.

Con estos elementos alertó que para México es crucial reforzar las políticas orientadas a mantener fundamentos macroeconómicos sólidos. En particular, acciones adicionales de consolidación de las finanzas públicas tales como procurar un superávit primario a partir de 2017.

Destacó que si bien decidió mantener la tasa de interés en 4.25 por ciento, como banco central ajustará su política monetaria con toda flexibilidad, en el momento y magnitud que sea requerido para mantener la inflación y sus expectativas bien ancladas.

En otro aspecto, después de que el Banco de México hizo el anuncio de política monetaria, el peso recuperó ocho centavos frente al dólar, al cerrar la jornada en 18.26 pesos por unidad.

Mientras, en la Bolsa Mexicana de Valores el índice de precios y cotizaciones se ubicó en 48 mil 341.95 unidades, un nuevo máximo histórico, con lo que avanzó 1.14 por ciento, respecto al cierre de la jornada previa.