En México es innegable la impunidad para los crímenes de lesa humanidad, afirmó Eric Witte, jefe del proyecto para Juicios Nacionales de Crímenes Graves en Open Society Justice Initiative. Hemos revisado cuidadosamente las razones de esta situación y encontrado que el principal factor que impide el enjuiciamiento de los culpables es la obstrucción política, que empieza con la retórica de la negación y la minimización, cuando desde los más altos niveles del gobierno se hacen declaraciones asegurando que las víctimas son en sí mismas criminales, afirmó en El Colegio de México.

Durante el seminario sobre violencia y paz titulado ¿Se cometen crímenes de lesa humanidad? Reflexiones sobre el informe de Open Society Justice Initiative, indicó que la negación también toma forma en ataques contra los mensajeros sin precedente, como el que hubo contra el relator especial de la ONU contra la tortura, Juan Méndez, cuando dijo que esta práctica en México era generalizada.

Witte afirmó que de 2007 a 2015 han ocurrido más de 150 mil asesinatos en México, pero la tasa de enjuiciamiento es de alrededor de 15 por ciento; además, consideró que hay buenas razones para creer que la cifra de 26 mil desaparecidos en el país es en realidad mucho más alta.

Es claro que hay documentados cientos de casos de desaparición forzada en las que están involucrados elementos del Estado, pero sólo ha habido 14 enjuiciamientos por estos delitos, y aunque se han documentados muchos donde participaron soldados y marinos, sólo hay uno de ellos detenido por el delito de desaparición forzada, y eso fue el año pasado.

La ex ministra Olga Sánchez Cordero señaló que hace años se quiso desterrar la tortura en México, cuando se decía que la confesión en el proceso penal era la reina de las pruebas; sin embargo, desgraciadamente en el país se continúa con el uso de ese flagelo.

Hemos avanzado en legislación, pero “en procedimientos de investigación nos falta muchísimo… Como dice Open Society en su informe, la tortura tiene efectos perversos, encarcela a inocentes y deja en la impunidad a los delincuentes”.

Mi preocupación, añadió, es que por las deficiencias, por la falta de preparación de los actores dentro del juicio oral penal acusatorio, muchos delincuentes, ojalá no sea así, no van a pisar la cárcel.