Río de Janeiro.

Manifestantes detenidos y algunas escaramuzas ocurrieron momentos antes de la inauguración de la justa cuatrienal, cuando una multitud salió a las calles para protestar contra el presidente interino Michel Temer y los Juegos Olímpicos al grito de no habrá antorcha.

Un pequeño grupo de manifestantes fue detenido por fuerzas armadas que parecieron disparar gas lacrimógeno para evitar que se acercaran al perímetro de seguridad alrededor del estadio Maracaná, sede de la ceremonia.

Los inconformes, con carteles que portaban mensajes como juegos de la exclusión o Estado asesino, avanzaron escoltados por policías uniformados de combate y a caballo, mientras helicópteros sobrevolaban la zona.

Calamidad olímpica, rezaba otra leyenda en un juego de palabras con la frase Ciudad olímpica. El grito que se oía con más fuerza, sin embargo, era “¡foda-se a tocha!” (que se joda la antorcha). Los que iban al frente, al tratar de acercarse más, fueron repelidos por los uniformados y sólo llegaron a unos dos kilómetros del estadio.

Imágenes de televisión mostraron a dos manifestantes prendiendo fuego a una camiseta amarilla con el logotipo Río 2016, la misma que utiliza el personal que trabaja en los juegos. No se dio a conocer el número exacto de detenidos, pero en las imágenes se vio al menos un hombre que era metido en una camioneta de la policía.

Las protestas provocaron retrasos en los relevos del recorrido de la antorcha olímpica desde Copacabana, que debió pasar por la famosa playa de Río de Janeiro, donde miles de militantes se reunieron estratégicamente frente al lujoso hotel Copacabana Palace. Aquí estaban hospedados diferentes personalidades, entre ellas el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Los organizadores tuvieron que modificar el trayecto, lo cual provocó problemas de tránsito. No a las Olimpiadas, Fuera Temer y Fuera todos estaba escrito en algunos de los carteles que portaban las personas congregadas.

Más temprano, unas 3 mil personas se reunieron frente a la playa de Copacabana para manifestarse contra Temer.

La suspendida presidenta Dilma Rousseff había anticipado que no acudiría a la ceremonia, como tampoco lo hizo el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, impulsor de la candidatura brasileña de esta justa deportiva.

Rousseff, quien expresó vía Twitter Estoy triste por no asistir a la fiesta en vivo y en colores, observó la ceremonia por televisión en el palacio presidencial en Brasilia, donde permanece desde que fue suspendida en mayo para enfrentar un juicio político.