Caso único de schwannoma en México; menos de 30 documentados en el mundo
Mediante un aspirador ultrasónico especialistas retiraron la neoplasia; el instituto renta el equipo
La paciente había perdido movilidad y audición; también sufrió parálisis facial
Viernes 5 de agosto de 2016, p. 33
Los problemas de Catalina empezaron con dolores de cabeza y mareos que durante casi dos años trató de controlar con medicamentos que se administraba por cuenta propia.
Es derechohabiente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), pero no acudió a consulta médica “por desconfianza. Pensaba que me iban a dar mejorales y que nada más iría a perder el tiempo a la clínica”, señaló ayer en conferencia donde cirujanos del hospital Primero de Octubre del instituto presentaron los resultados de las operaciones que le realizaron para extirpar el tumor cerebral que tenía.
Era una neoplasia rara, muy poco frecuente, denominada schwannoma, de la cual en publicaciones científicas internacionales se han documentado menos de 30 casos. El de Catalina es el primero en México y tocó resolverlo a médicos de aquel hospital.
Daños a funciones vitales
Aunque se trataba de un tumor benigno, se alojó en el área del tallo cerebral, lo que le ocasionó daño en funciones vitales. Catalina, de 41 años de edad, perdió la capacidad de hablar y comer; también dejó de caminar. Estaba en riesgo inminente de sufrir complicaciones respiratorias que la hubieran llevado a la muerte, explicó Carlos Castillo Rangel, neurocirujano, coordinador del equipo médico que la atendió.
Luego de los mareos y dolores de cabeza, sufrió pérdida del equilibrio. Los analgésicos que se tomó le sirvieron algunos meses hasta que en noviembre de 2015 sufrió una caída de dos metros de altura. Su hija dice que la escalera donde Catalina se había subido se movió; lo cierto es que el vértigo y los mareos se iban agravando y a partir de entonces empeoraron de manera notable.
Cuando aún podía caminar, ya no lo hacía en línea recta, sino se iba a la izquierda.
Después perdió la movilidad por completo. La lengua se le hizo pequeña y veía doble, por lo que cuando quería tomar algún objeto no lo lograba; dejó de escuchar de un lado y sufrió parálisis facial. También perdió la movilidad del cuello al hombro del lado derecho, comentó el especialista.
En esas condiciones, el pasado 29 de abril Catalina llegó al servicio de urgencias del hospital Primero de Octubre. Para entonces, el tumor ya tenía el tamaño de una pelota de golf y había bloqueado casi la totalidad de sus funciones vitales.
En la conferencia de prensa, algunos de los 12 médicos que formaron parte del equipo que realizaron el diagnóstico y las cirugías explicaron el procedimiento efectuado. Hicieron estudios de tomografía y resonancia magnética que les permitieron confirmar la presencia de un tumor cerebral atípico complejo por su tamaño y ubicación.
La intervención quirúrgica tenía que ser precisa y efectiva, a fin de evitar lesiones permanentes en las estructuras nerviosas que controlan las funciones vitales (ver, hablar, comer, caminar), resaltó Castillo Rangel. Indicó que se efectuaron dos operaciones. En la segunda, el pasado 20 de mayo, que duró seis horas, se retiró el tumor con un equipo de alta tecnología: un aspirador ultrasónico que va rompiendo y aspirando la neoplasia
.
El médico explicó que equipos como ése existen en México desde hace unos 15 años, y en el Issste se puede tener acceso a ellos mediante arrendamiento a partir de 2010. Sólo quedó una especie de cáscara
o hueco en el área, donde de manera natural se están reubicando las estructuras nerviosas desplazadas.
Castillo aseguró que aunque Catalina ya ha recuperado el habla, camina, se alimenta y recobró casi la totalidad de sus funciones, tendrá que continuar bajo supervisión a largo plazo, porque el tumor es de origen genético y es probable que vuelva a crecer.