El original del Manuscrito Joseph María García está en un museo de Los Ángeles
Miércoles 3 de agosto de 2016, p. a11
El estudio del documento dieciochesco Manuscrito Joseph María García –ubicado hoy en el Museo del Suroeste en Los Ángeles, California– detonó en México una serie de actividades, como conciertos, una grabación discográfica y un festival de música antigua en Tepozotlán.
Ahora la Fundación Mecenas Arte y Cultura y el grupo Segrel publican un libro de partituras, Un sarao en Chalco: la música del manuscrito Joseph María García (1772), selección de repertorio, coordinado por Manuel Mejía Armijo.
Según el músico e investigador, esa obra busca servir al nuevo intérprete, al que no conocemos ni imaginamos
.
Aunque el documento original de 298 partituras –se seleccionaron 49– tiene una escritura muy similar a la que se usa hoy
, resulta poco accesible al especialista
por el tipo de material”, expresó el también editor de las partituras.
Eso, por no tener bajo, por estar las piezas una seguida de otras, por no tener ninguna indicación de acompañamiento ni instrumentación
.
Con la presente edición, indicó, queremos abrirlo al principiante, porque es un material que puede ser muy favorable como herramienta didáctica para quien aprende a tocar instrumentos y para que los instrumentos antiguos puedan ser usados en proyectos de fomento musical, no nada más los de la orquesta sinfónica
.
De Mejía Armijo es el capítulo El repertorio musical: pautas generales para la interpretación
.
¿Quién fue Joseph María García? Ese fue el misterio que se encargó de resolver Rafael Pérez Enríquez, autor del texto principal sobre el contexto musical y dancístico del manuscrito.
Aunque no se sabe a ciencia cierta quién fue el autor de ese documento, sí se conoce que fue adquirido por García, dueño de un embarcadero en Chalco, municipio del estado de México, cuya familia tenía relación con músicos.
Por sacar brillo a una gema
De acuerdo con Pérez Enríquez, del grupo Segrel, es una música que trató de imitar la de las cortes europeas, con coreografías muy a su estilo, y por lo mismo la bailó probablemente la aristocracia mexicana en el siglo XVIII
.
La bailarina Casilda Madrazo Salinas señaló que es un manuscrito de danza, no tanto de música. Es un manuscrito para danzar, no sólo para tocar
.
Además, es el único documento sobre danza del siglo XVIII en el país
. Autora del texto Una perla para la historia de la danza en México
, Madrazo aseguró que a esta gema hay que limpiarla y sacarle brillo.
Integrante también del grupo Segrel, Madrazo, a pesar de no ser investigadora, estudió historia. Por tanto, posee un bagaje metodológico, aunque se ha dedicado a la danza los recientes 17 años.
Entonces, dijo que desarrolló su artículo desde el cuerpo
y advirtió que en la anotación musical de 70 de las danzas hay una pequeña o breve descripción de cómo se bailaban y hasta con qué pasos, pero no sabemos dónde se ponen
.
Sin embargo, aclaró, al final del día hay que atender a la memoria del cuerpo. Hay que darle vitalidad a este manuscrito
.
El documento original se puede consultar en formato digital en la Biblioteca de Investigación Braun del Museo del Suroeste.