La keniana Genoveva Jelagat ya casi no come carne, a menos que haya pasado por un control de calidad, porque ya no quiere salir dopada por consumir alimentos contaminados con clembuterol, sustancia con la que dio positivo en 2012, en una carrera realizada en Estados Unidos, y tuvo que cumplir una sanción de dos años.

Jelagat afirmó no ser una corredora que hace trampa y menos en un deporte como el atletismo, que ha sido el medio económico para subsistir con su familia desde que llegó a nuestro país hace una década para ir a vivir a Toluca.

Junto con su esposo, el maratonista Isaac Kimaiyo, procreó a Victoria, de cinco años. Es mexicana, confiesa orgullosa la keniana.

Jelagat comentó que se le hace injusto que los atletas se vean perjudicados por el uso de sustancias prohibidas que les inyectan a los animales, y en ocasiones nadie sabe ni lo que come, como le sucedió a ella, con la ingesta de hígado a cinco días de correr en Boulder Colorado. Una semana después compitió en San Francisco y su examen antidopaje salió sin ningún resultado adverso.

Aunque la federación de su país la defendió ante la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), el máximo organismo decidió suspenderla.

Durante ese tiempo me sentí ahorcada, la niña estaba más chiquita, la renta, la comida, sentí que me cortaron las piernas, recordó.

Ante el rigor que la IAAF ha aplicado a Kenia y a Rusia en los recientes años por dopaje y con la exclusión de este último país en los Juegos Olímpicos de Río, la maratonista de 34 años comentó que no todos son culpables y lamentó que por unos cuantos se les impida participar en la justa brasileña.

Jelagat acudió ayer a recoger su número de inscripción para el medio maratón de la Ciudad de México, que se corre este domingo, con salida en el Monumento a la Revolución y llegada en el Ángel de la Independencia.

Forma parte de los corredores elite de Kenia que estarán dando pelea para ganar la bolsa de 50 mil, 35 mil o 20 mil pesos que se entregará a los tres primeros lugares de cada rama entre 25 mil participantes; 10 mil de CDMX y el resto de la República Mexicana, reiteró Horacio de la Vega, director del Instituto del Deporte del gobierno capitalino, tras inaugurar la Expo en la Sala de Armas Fernando Montes de Oca.

A Jelagat le interesa ver cómo se siente en esta distancia, ya que su intención es correr el maratón capitalino, el 28 de agosto, y ganarlo, sin importar las críticas que recibe de competir por dinero.

Eso no es verdad, estoy acostumbrada a correr desde que era niña (a los siete años). Después nos fuimos a Europa y venimos a México para sobresalir y no pasar hambre. Los mexicanos son bendecidos, tienen todo, pero les falta echarle ganas, dijo seria y discreta ante la mirada de los demás corredores que observan su extrema delgadez.