De los siete fallecidos al día de hoy, tres sucumbieron por ataques al corazón y ACV
Viernes 29 de julio de 2016, p. 3
París.
Los astronautas de la misión Apolo, los únicos que viajaron más allá de la magnetosfera de la Tierra que protege de las radiaciones, mueren desproporcionadamente de enfermedades cardiacas, según un estudio.
Sabemos muy poco sobre los efectos de las altas radiaciones para la salud humana, especialmente el sistema cardiovascular
, apuntó Michael Delp, de la Universidad de Florida, en el informe publicado por Nature ayer, el cual ofrece una primera mirada
al problema.
De los siete astronautas de las misiones Apolo (1961-1972) fallecidos al día de hoy, tres (43 por ciento) sucumbieron a enfermedades cardiovasculares (ataque al corazón o accidente cerebrovascular-ACV).
Es decir que los casos fueron cuatro a cinco veces más numerosos
que para astronautas que nunca abandonaron la Tierra (9 por ciento) y aquellos –como los de la Estación Espacial Internacional (EEI)– que se alejaron menos de la Tierra (11 por ciento).
Esas informaciones sugieren que los viajes humanos al espacio exterior pudieron haber sido más nocivos para la salud cardiovascular que lo anteriormente anticipado
, indican los investigadores.
Al alejarse de la Tierra a regiones del espacio donde el magnetismo deja de ejercer una acción predominante sobre las partículas ionizadas, los astronautas de la misión Apolo se expusieron a niveles sin precedentes de radiaciones.
La EEI orbita a unos 400 kilómetros de la Tierra donde todavía existe la acción protectora contra las partículas, que según la NASA pueden ser nocivas para los humanos al atravesar la piel y dañar el ADN celular.
La NASA prevé un viaje habitado a Marte en la década de 2030 y considera que la protección contra las radiaciones será una tecnología crucial
para un viaje de más de un año en el espacio, donde no sólo necesitarán agua y alimentos, sino un escudo eficaz contra esa amenaza.