La bailarina y coreógrafa estadunidense Jessica Lang se define cada vez más como una artista visual cuyo medio es la danza. Hija de un pintor, que después se dedicó al diseño gráfico, la directora fundadora de Jessica Lang Dance, compañía que llega por primera vez a México, no sólo explora el movimiento, sino que toma en cuenta el entorno completo, ya que al crear una obra todo elemento tiene su importancia.

El interés de Lang por las artes visuales se ve reflejado en una de las coreografías incluidas en el programa que la compañía de nueve bailarán los días 29 –ese día dará una clase maestra– y 30 de julio en la sala principal del Palacio de Bellas Artes. Se trata de Lines cubed (Líneas al cubo), inspirada en la obra de Piet Mondrian.

En videoconferencia desde Nueva York, Lang expresó que parte de lo blanco y negro, de lo crujiente de las líneas en que Mondrian se enfocó. Luego, de bloquear los colores rojo, amarillo y azul, por lo que es conocido.

El primer movimiento, titulado Negro, tiene que ver con la cuadrícula y la creación de patrones muy lineares. En seguida se introduce el sentido emocional del color. El movimiento final consiste en la repetición del primero, pero ahora con color.

Lang dedicó 12 años de su vida a trabajar como coreógrafa independiente con diferentes compañías. Sin embargo, sintió que carecía de un hogar para su trabajo y arte. De allí que hace un lustro se animó a fundar su propia agrupación, cuya sede se ubica en Long Island.

Jessica Lang Dance combina ballet clásico con danza moderna. Sus bailarines, por tanto, están igualmente entrenados en ambas técnicas. Aparte de ser grandes artistas, también son seres humanos amables, acota.

El programa también comprende Sweet Silent Thought, cuya idea coreográfica realizó originalmente comisionada para el Ballet Real de Birmingham, que le pidió crear una pieza inspirada en la poesía de Shakespeare con motivo de los 400 años de su muerte. La compañía inglesa solicitó que trabajara con ese soneto en particular.

Una vez concluida la obra, Lang sintió que aún había mucho por explorar, entonces decidió crear una pieza para su compañía, muy diferente en términos de calidad de movimiento.

Mientras la de Birmingham fue para 10 bailarines y tenía un sentido más clásico, la nueva es para nueve artistas y juega más con la idea de cuarteto. Así que, siempre hay cuatro bailarines en el escenario. También se repiten cinco sonetos elegidos por Lang, ya que abordan temas universales como el tiempo, la muerte, el amor y la pérdida.

Sobre guerra y violencia

Otra coreografía, Thousand Yard Stare, incluida en el programa, se inspira en la acción de la guerra y la violencia. Nació de una sugerencia que le hizo uno de los patronos de la compañía, un ex marine que le pidió que hiciera algo diferente con este tema.

Lang asegura que su proceso creativo siempre es diferente, dado que el comienzo se puede basar en cualquier cosa: un momento en el tiempo, una obra de arte, una conexión humana o la poesía. Luego, ella trabaja muy duro en realizar “un círculo completo y comprensivo, por decirlo así. Entonces, pienso en el vestuario, la iluminación y la música. El movimiento siempre está al último.

Me introduzco en el límite de las ideas y me quedo dentro de él, de esa exploración del movimiento, porque éste tiene posibilidades infinitas. Así que necesito centrarme en el propósito de la pieza, en qué movimiento necesito para sostener el concepto.