Fueron parte de un grupo de 400 investigadores que asistieron a la Reunión Landau, en Alemania
Haber sido seleccionado es un gran reconocimiento y a la vez un compromiso, asegura Jorge Iván Amado Estrada, de la UNAM, dedicado al estudio de la contaminación por mercurio
Miércoles 13 de julio de 2016, p. 2
Para un joven investigador de cualquier lugar del mundo escuchar la ponencia de un premio Nobel o intercambiar ideas con él representa un sueño. Hace unos días, en Lindau, Alemania, 400 jóvenes científicos procedentes de varios países alcanzaron esa utopía.
Recientemente se realizó la 66 Reunión Lindau con Premios Nobel, que se organiza anualmente con el apoyo de las academias de ciencia de las naciones que participan en la fundación y en cada edición se escoge una disciplina distinta del conocimiento. Este año tocó a la física.
Entre los afortunados hubo cinco mexicanos que pudieron escuchar de cerca a eminencias como Brian Schmidt y Carl Wieman, premios Nobel de Física 2011 y 2001, respectivamente, y Dan Shechtman, Nobel de Química 2011, quienes, además de impartir conferencias magistrales, trabajaron en grupos de debate y compartieron sus experiencias en la investigación.
Uno de los científicos mexicanos seleccionado –primero por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y posteriormente por la Fundación Lindau– para participar en esta reunión fue Jorge Iván Amaro Estrada, del Instituto de Ciencias Físicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En entrevista, el joven investigador señaló que haber sido elegido representó un gran reconocimiento y a la vez un compromiso. Confió en encontrar pares con los cuales compartir sus investigaciones y llegar a acuerdos para generar trabajo conjunto.
Amaro Estrada es doctor en física y su línea de investigación está enfocada en la contaminación ambiental, particularmente por el daño que causan elementos como el mercurio y plomo. Existe un grave problema mundial de contaminación por mercurio; en mi laboratorio tomamos esos elementos que están en mayor concentración en el agua y describimos, por medio de simulaciones por computadora, su interacción. La idea es saber cómo termina ese metal en las células de los peces, y es que muchos de éstos al final los consumimos. Ese contaminante puede generar desde un mareo hasta la muerte
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Las actividades que integran el programa científico de la Reunión Lindau –cuyo cónclave de este año se clausuró el pasado primero de julio– incluye conferencias plenarias, en la que los premios Nobel presentan un tema de su elección, y sesiones de discusión, en las que debaten, responden preguntas de los jóvenes científicos e interactúan con ellos. Además, hay clases magistrales, paneles de discusión y la posibilidad de que los participantes puedan recibir consejos y comentarios para sus investigaciones.
Jaime Urrutia, presidente de la AMC, explicó que otro de los objetivos es que los jóvenes investigadores puedan interactuar con sus pares de otros países para ampliar sus posibilidades de colaboración internacional.
La selección la hace primero la academia de ciencias de cada país y posteriormente viene la evaluación internacional de la Fundación Lindau. Se toma en cuenta, detalló Urrutia, la calidad del trabajo de los candidatos, su creatividad, las contribuciones y el potencial, entre otros elementos.